Enfrentarse al reto del Universal Music Fest con un primer trabajo discográfico es complicado, hacerlo un miércoles de verano, por la mañana también. La responsabilidad de un «Sold Out» en la capital es sin duda como mínimo de una exigencia importante. Hoy Aitana ha superado sus propias expectativas. Yo quiero plantear algo que me ha surgido viendo el vibrante show de la joven artista hoy en Madrid. Aitana necesita disfrutar, vivir esa profesión que canta a las emociones , que escribe a los recuerdos y que graba en nuestra memoria sonidos inimaginables.
Una mañana en la que Aitana ha recibido el abrazo de su público , esos abrazos que sanan el alma, ha bailado y sonreído entre figuras imposibles, a liberado la carga de aquella de la que se espera todo y siempre está a la altura. Un show bien armado, emocional, participativo y con ciertas partes más que brillante, aquellas que se libera la voz que sabemos que Aitana tiene, intensidad , arañazos en los recuerdos y un guiño al presente y su futuro que está ya dibujado de éxito.
Detalle destacable fue el mural de «Mejor que tú» que pobló la platea y los palcos del Teatro Real de Madrid. Es maravilloso ver como las carreras de estos jóvenes artistas son escritas por todos aquell@s que descargan canciones, que compran discos, hacen colas atemporales en busca de un abrazo y una firma de cinco segundos y que dura hasta la eternidad. Ellos , vosotros sois la cable de la música, esa que sonríe cuando hoy una niña se emocionaba al abrazar a Aitana, o el padre que con su hijo de la mano y un cartel de apoyo se moría de felicidad al ver cumplido el sueño de su joven hijo, eso es la música, eso ha sido la magia de esta mañana.
Aitana repasó todos y cada uno de sus éxitos perdida entre su público y encontrada en cada abrazo y sonrisa de vosotros. Su calidad vocálica es incuestionable, su carácter en el escenario está muy por encima del exigible a alguien de su edad y su cercanía es un don que no debe perder nunca. Sin duda estamos ante un camino realista, duro, pero brillante, es una estrella rutilante del pop nacional con proyección infinita cuyo límite debe estar en su propia libertad, libertad por su música, por sus letras, por sus canciones, por su voz, por su sonrisa casi infinita.
Un día de música para el recuerdo, un escalón más en la escalera de la carrera de Aitana que debe seguir apostando por su esencia, su talento, su música y su público. Disfrutar de la música es descubrir talento, es ver mucho más allá de las personas, es dibujarnos en la voz de ellos nuestras propias emociones y entre cada nota musical buscar la memoria de nuestros recuerdos. Aitana, sigue creciendo, sigue pisando fuerte y cuando mires atrás no olvides que lo hiciste, que un día de julio «te quedaste para siempre en el corazón de Teatro Real de Madrid». Que viva la música … la tuya Aitana.
