Alba Reche puso el broche de oro al Mado 2022 de la mejor manera posible. A pesar de la sensación de «sprint» constante que se vivía por la implcable normativa municipal Alba Reche dejó ilusionada a una ciudad que ama su talento y la dejó con unas ganas de más que en otoño esperamos queden completadas.
Tuve la oportunidad de disfrutarla de nuevo en directo y Alba Reche es de ese tipo de artistas diferentes, con una sonrisa que te tatúa la mirada desde el primer momento y en tu memoria deja labradas en la piedra de los recuerdos todas y cada de las canciones que nacen de su voz y su sliencio y se alojan en el alma.
Alba es completamente feliz encima de un escenario. Salta, emociona, vibra, comparte y te abraza desde la lejanía más cercana haciendo tuyas sus canciones, haciendo propias sus emociones con la claridad generosa que transmite su mirada, y la calidad incuestionable de su voz y su talento.
Aunque, lamentablemente hace mucho que no conversamos juntos sobre música, me hace «honestamente feliz» su descomunal evolución, aquella pequeña semilla que nos dejaba escondida entre la balsa de Medusa la han convertido en una artista fuerte y emocional, músicalmente brillante y con una capcidad creativa en las letras sin duda al alcance de muy poc@s.
Pero tiene otra virtud a mi modo de ver sobreañadida, la capacidad de reformular, de hacer las canciones que de manera digital ya te las imaginas de una manera, llevarlas al direcho, hacer «chas» y convertirlas en algo completamente distinto, llevando hasta el límite su sonoridad, su impacto y la emocionablidad que nos dejan.
Ayer había púbico de concierto grande, ayer Alba Reche dió (sino lo ha hecho ya) síntomás de artista gigante, que se arropa en su aparente fragilidad para convertir sus canciones en una obra de arte de emoción, de conexión inquebrantable con su público , de talento, de inteligencia musical, de un buen gusto increíble pero sobre todo de alma y corazón abiertos de par en par de ella y el equipo tan talentoso que le arropa con la voz de Marina a su lado, Laura Solla, Saray Saez y Greta. Una noche con ganas de mucho más.
Una semana para celebrar la vida, el amor y la libertad en todas sus expresiones y Alba puso el lazo rojo necesario para que nunca se olvide el disfrute de una tarde noche de domingo, donde alguien decidió que la música y el talento tenían un límite y Alba se subió sobre el escenario para romperlo.
Lo de anoche fue el pistoletazo de salida, para ese 2 de octubre donde ya nos espera sonriente su «Honestamente triste. Tour». Que viva tu música Alba, que viva la vida.
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