Belén Écija, Júlia Molins y Eric Masip nos dan las claves de «Madres. Amor y vida» en su cuarta temporada

A la hora de empezar este análisis recuerdo la primera pregunta que me hice a la hora de analizar la nueva temporada de «Madres, amor y vida». Es la propia serie la que te contesta esa respuesta. Amazon estrena una cuarta temporada con el nervio y el interés de una primera, unos personajes de las anteriores temporadas con un resteo brillante y unas nuevas incorporaciones que dan una luz y oxígeno a la serie importantes.

Intentar hacer un análisis sin hacer spoiler y habiendo visto toda la serie es muy complicado pero trataré de cimentarlo en tres ámbitos: ritmo, interpretación y guion.

Ritmo: Esta nueva temporada de «Madres, amor y vida» se ha producido la propia reinvención de la serie, al menos es lo que me transmite. Ya en el primer episodio consigue un elemento diferenciador muy interesante y es que a través del ritmo narrativo, montaje y los propios personajes consiguen atrapar al espectador desde el minuto inicial. Consigue implicar en las emociones, silencios y palabras al que disfruta de los episodios. Es un reto conseguir que el espectador sea «un personaje más», producir esa sensación de querer saber de las historias de los personajes y en esta temporada te atrapa desde el principio hasta el final, enhorabuena.

Interpretación: aquí es donde se ha producido la ganancia más poderosa. Hablamos primero del personaje de Nuria Roca, o de ella misma si lo prefieren. El desarrollo del personaje desde el primer minuto sorprende y a pesar de su carácter inicial demuestra unas grietas que provocan sin saberlo, una empatía que hace que disfrutes y te emociones con el personaje en el desarrollo de la historia. Aunque el personaje de Nuria Roca pueda recordar o tenga mimbres en nuestra memoria de personajes muy queridos por nosotros como pueda ser el doctor Vilches de Hospital Central, ella Blanca Robledo es aire fresco, nuevo y renovado en una historia que este año se va a hacer querer. Para la historia, y el tiempo me dará la razón quedará la frase: «En el quirófano tenemos que actuar como psicópatas pero fuera nunca olvidéis que somos médicos».

Aprovecho para hablar ahora de la otra gran piedra angular de la serie, Aida Folch –Olivia Zabala-, un auténtico animal interpretativo. Aida ha conseguido darle el reseteo, la evolución precisa, contenida, brillante a un personaje que ha bajado a los infiernos, como en la divida comedia de Dante, pero se encuentra con Blanca Robledo esa otra cara del espejo que le ha ayuda a recordar que fue, que es y que quiere llegar a ser. Oliva Zabala progresivamente va abriendo la luz que tiene en su interior y dejando mostrar esa humanidad que ya se dejó ver en la anterior temporada. Ella se encuentra en un laberinto emocional, personal y profesional que nos sorprenderá en su desarrollo durante toda la temporada.

Nuria Herrero, Berta, es la luz de la serie, pero sin duda era la más desconocida en su emoción y grietas internas y por fin esta temporada también hace justicia a uno de los personajes más hermosos y brillantes que jalonan la carrera de la genial actriz. Berta y lo que representa es el esqueleto y el sostén de los personajes, la sonrisa a veces triste que también dibuja Nuria durante toda esta temporada donde quizás encontremos más respuestas de las que nos habíamos imaginado.  Sin duda la evolución como actriz es descomunal y Berta es el espejo perfecto donde reflejar su inmenso talento.

Belén Écija: Almu un personaje interesante, rebelde y autosuficiente. Sin duda otro gran dibujo interpretativo de Belén que progresivamente está mostrando un alto grado de madurez en cada personaje que encarna. Sin duda es la pieza perfecta y la evolución más interesante o una de ellas durante la temporada. Almu tiene mucha credibilidad, genera empatía en el espectador y eso es obra de un gran guion pero sin duda también de una magnifica interpretación

Eric Masip: el segundo lado del triángulo que forman Almu, Sandra y Mikel. Su personaje transmite lo que es el mismo, vitalidad y verdad. Pero sin duda esta temporada permite conocer que hay más allá de esa forma de ser tan vitalista y positiva, siempre hay un cicatriz que es muy interesante mostrar tanto en lo que se dice como en lo que se intuye. Es brillante narrativamente hablando como se erige como casi una figura «paternal» para con Almu y Sandra. Sin duda Eric es presente y futuro de nuestro panorama actoral en nuestro país. Cada proyecto donde participa lo convierte en éxito.

Julia Molins: el tercer pilar. Un personaje al que quieres abrazar desde el primer instante. Uno de los soplos de aire fresco de esta temporada necesario que consigue compensar la narrativa de la serie. Un personaje que empieza a evolucionar casi desde los minutos iniciales del primer episodio y Julia consigue dibujar con una extraordinaria fragilidad y entereza, una dualidad emocional y profesional que se dibuja durante toda la temporada. Este personaje es la confirmación del talento descomunal que atesora Julia y que en esta serie de nuevo vuelve a mostrar.

Guion : no por último menos importante. Sin duda se ha conseguido dar un giro brutal al ritmo de se la serie. El guion, la historia, el desarrollo se adapta como un poderoso a las virtudes interpretativas de cada personaje de manera natural , innata e inteligente. Insisto el razonamiento, la clave de esta temporada es convertir al espectador en un miembro más de una temporada que ya os aseguro, será para el recuerdo.

A continuación os dejamos con la entrevista con las tres protagonistas que han vertebrado este análisis de la serie… quizás encontréis alguna clave más, disfrutarla. No lo olvides, estreno este viernes en PrimeVideo.