Hoy abrimos una segunda caja, una caja que nos lleva al olor a vida de Camarles, a la voz que se escondía entre las almas del «Barcelona Ethnic Band». Alguien que nos ha regalado su alegría de vivir como nadie, sus silencios dicen que son «su mejor spoiler» pero perdidos en su sonrisa hemos aprendido a «amar para siempre», a ganar, a perder, a esperar, a mirar a los ojos de Susi Quiroga, a desear a su Alicia Zaldívar como nadie, a que Carmen encuentre su rosa del desierto, a encontrar a Nora entre sirenas y a tatuarse el teatro como nadie … pero sobre todo, a mi me ha dejado un miedo que no se si superaré, y es que cuando abro «su caja» tengo la sensación de que esta vez si tendré que aprender a despedirme de Amelia Ledesma y para eso no se si estaré preparado.
Bienvenidos a «hablemos de#Luimelia4». Bienvenidos a «lacajadmusica» de Carol Rovira.
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Lo he dicho antes y lo seguiré haciendo, la narrativa de la Serie Luimelia es exquisita, en su forma y su fondo, a todas luces, pues es fresca, dinámica, atractiva, interesante, visionaria; aunque toca temas densos, delicados, actuales, sensibles, no lo hace de forma brusca, ni pretenciosa, prejuiciada o moviéndose a los extremos, es más bien, esa virtud que la caracteriza, en todas sus temporadas, sobre todo esta última, la cuarta, la sutileza y el desparpajo sin caer en lugares comunes, ni cliché, ni recovecos innecesarios o machacar en lo meramente sexual, por el contrario, apela a esa mirada, al ser humano, a la persona, más allá de sus gustos, preferencias y a quién o cómo ama.
Tal y como yo lo veo, está construida con mucha base de teatro, toda vez que no hay nada al azar, suelto, de adorno, de más, ni los sujetos, ni las palabras y ni siquiera los objetos, por el contrario todo suma, aporta, se constituye en una referencia, en un hilo conductor, en una forma de contextualizar al espectador en la historia y sub historias que quiere contar, con esos argumentos, matices y vuelta de tuerca delirantes.
Creo profundamente, que han logrado dar con la armazón, si no perfecta, casi, desde el punto de vista estético, cultural, social, de profundizar en tópicos sumamente complejos, desde la cotidianidad y necesaria risa, pero sin exagerar, ridiculizar o vaciar de contenido. Cosa que impacta en la imaginación y la echa a volar, porque parece que sólo sugiere y el espectador que decida y eso siempre se agradece.
¡¡¡Es una verdadera joya para ver y disfrutar!!!
¡Seduce a los sentidos!
¡Sugestivamente fascinante!
También lo digo, si me piden resumir las cuatro temporadas de la Serie Luimelia, pues lo haría siguiendo o utilizando los nombres que le han colocado a los primeros cuatro capítulos de la Temporada Cuatro. Así la:
Temporada Uno: La Teoría del Caos.
Temporada Dos: La Maniobra Hogan.
Temporada Tres: Adiós Federico.
Temporada Cuatro: La Gran Conjunción.
Me explico un poco: porque esas primeras sensaciones al inicio del proyecto, con muchas ideas sueltas, con algo de incertidumbre, con muchas interrogantes, con tanto en la cabeza para y por organizar, en pro de no perderse en medio de esa fuente que eran esos dos personajes que adquirieron tal dimensionalidad, tal voz, tal presencia sugería algo de la teoría del caos, afortunadamente muy bien gestionada y presentada en esos primeros seis capítulos.
Entonces, con ese logro alcanzado, pasan perfectamente por maniobrar, a lo Hogan. Incluyendo más al universo para enriquecer, sin perder el foco ni aburrir. Allí, se consolida algo de abandonar los miedos, las inseguridades, el concepto de proyecto pequeño, darse oportunidad de equivocarse, pero con la certeza de aprender y mejorar… en una clara alegoría a soltar, un poco del adiós Federico. Ya con eso, viene la Gran Conjunción. Bueno, así lo veo.
Esperemos, que los siguientes cuatro capítulos de la cuarta temporada siga esa línea, no defrauden y no haya algo que no encaja. Lo digo, porque en una entrevista Paula Usero, dijo algo que me hizo y sigue haciendo ruido: “El final de esta temporada (4) va a sorprender a mucha gente e incluso imposibilita o no permite que haya una quinta temporada”… Ojalá, sean simples palabras dichas en caliente… Pues, en mi muy humilde opinión, esta historia y su hermoso universo de personajes y de gente muy, pero que muy talentosa, da, no sólo para una quinta, sino para N temporadas, hay mucho todavía por abordar, para contar, informando, orientando, educando, entreteniendo…
Por ello, quiero creer más en lo que Carol Rovira afirmó en una entrevista: “Esta cuarta temporada es luz, luminosa”. Entonces, lo que ilumina, digo yo, no puede decepcionar ¿o sí?
Mil gracias David, por otro excelente trabajo, como da gusto ver lo que logras con tu talento cuando te enfrentas a otros talentos. De verdad, mil gracias, siempre me quedo con la sensación mágica que logras…