Hoy vais a perdonarme pero no seré del todo objetiva y os escribiré estas líneas quizás dejándome llevar por la emoción, pero quiero aprovechar un trocito de mi “casa” para hablaros de algo que viví ayer. Ayer tuve la gran suerte de poder asistir al fin de gira de Manu Guix en Barcelona.
Hace casi un año que conozco personalmente a Manu. Nos conocimos el día que nos invitó a su estudio para construir su “Caja de Música” y desde aquel día he tenido la suerte de poder acompañarle en varios de sus conciertos. Tengo que reconoceros que una de las cosas que más me sorprendió de él y su equipo fue la libertad y predisposición de trabajo en equipo que siempre me demostraron, y quizás suene algo raro pero me sentí parte de su familia (porque es lo que transmiten) desde el primer día sin apenas conocernos y todos sabéis que trabajar así es un verdadero lujo y ayer me dieron la oportunidad de vivirlo desde dentro. Pude moverme entre bambalinas como una más con mi cámara en la mano jugando con la misma libertad que él tiene frente a su piano.
En el ambiente se respiraba emoción, nervios, felicidad, euforia y amistad. Como os decía antes ellos van un poco más allá de la palabra equipo. La mayoría se conoce desde hace años, han crecido juntos, muchas son las historias que han vivido juntos y son felices haciendo lo que hacen y esto se nota. Se palpa. Se respira. Se vive. Además ayer jugaban en casa. Jugaban en uno de los lugares míticos de Barcelona. Ayer volvieron al escenario de una sala que les ha visto crecer. Ayer Manu tocaba en su “Luz de Gas” y esto ya era sinónimo de magia y emoción asegurada.
Siempre me han parecido mágicas las bambalinas. Las entrañas de un espectáculo. Lo que no se ve. Los nervios previos. Los abrazos por sorpresa. Las risas sin motivo… Antes os hablaba de la amistad que se respiraba en el ambiente y no os lo decía por decir sino porque ayer las bambalinas también se llenaron de amigos y familia. Algunos venían solo a saludar y otros porque iban a formar parte de la mágica noche que nos esperaba como Alfred, Nil Moliner, Judit Nedderman o Barcelona Messengers.
Si hablamos de la emoción, estuvo presente en varios momentos del directo pero quizás uno de los momentos más emotivos y especiales fue el que de improviso nos regaló Àngel Llàcer que acabo arrodillado frente a su gran amigo Manu.
Ayer Manu aprovechó su casa para dar las gracias en más de una ocasión a todos los que le han acompañado para poder llegar a día de hoy… y yo hoy aprovechando nuevamente mi “casa” también quiero dar las gracias desde aquí a todo su equipo técnico, a Ramon Montardit por abrirme la primera puerta para conseguir hacer realidad aquella primera conversación, a la familia de Crea Music, a Gerard y especialmente a Carles Gómez por ponerme siempre las cosas tan fáciles, als “Veterans” Toni Pagès, Jordi Franco, Jordi Roquer, Oriol Cuso y Jaume Peña por su generosidad cuando yo daba vueltas por allí con mi cámara y sobretodo gracias a ti Manu. Gràcies per acollir-me dins aquesta meravellosa família que has construït des del dia que vas convidar-me al teu estudi per parlar del que tu sempre anomenes com “El millor disc de la meva vida”.
Ojalá este mundo loco nos dé muchas más oportunidades para seguir jugando porque yo ayer salí del concierto más feliz de lo que entré… y os confieso que hoy mientras escribo estas líneas sigo estando feliz. Així que Manu, objectiu complert. Ens veiem a la pròxima per continuar jugant, perquè sempre serà la penúltima.
P.D: Tenim una historia feta cançó pendent…
Marta Juanola
Jo vaig tenir la gran sort de ser-hi, vaig gaudir com mai! Puc dir que va estar el millor concert de la meva vida deixant enrere d’altres com el de l’inici de la gira a Razz, però ho sento Manu, un cop més t’has superat.
Des del públic també es respirava aquesta barreja de sentiments dels quals parles Marta, emoció, nervis i eufòria. Sentiments a flor de pell que acompanyaven cada nota, cada paraula, cada cançó. Simplement brillant!