Valentía , ritmo, realidad y crudeza visual son algunos de los ingredientes que “Malaka” nos presenta próximamente en TVE. Arranca el Festval fuerte con un proyecto visualmente muy atractivo y un elenco a la altura de una intensidad y emocionalidad dignas de la mejor serie negra y policíaca .
Marc Vigil nos presenta un dibujo duro, sincero , visceral , real de la esencia de una ciudad que distingue el bien y el mal , la luz y la oscuridad a través de una fina frontera, aquella que dibujamos desde nuestra propia inconsciencia de no mirar lo que nos incomoda, de no ver la realidad que no es agradable de construir.
Estamos ante la construcción de una historia de antihéroes , de personajes en desconstrucción, con peso y bagaje emocional que arrastran en su búsqueda en los infiernos y que la realidad les devuelve hacia la consciencia terrenal. Me apasiona que durante los dos primeros capítulos de la serie, la historia incomode, nos suene, nos arañe , y nos identifique en cada uno de los silencios que la propia historia nos sirve como un puzle complejo que nos conduce hacia el desenlace común que es la resolución de la desaparición dramática que se produce en las dos primeras entregas.
Los personajes son claros, sus defectos relucen más allá de sus virtudes, y su reconstrucción después de la derrota es ese camino que cicatriza la distancia entre la Malaka reluciente y la Malaka que se quiere ocultar. El ritmo de los dos primeros capítulos es endiablado, te contagia el ambiente enrarecido, la fatiga de persecuciones sin final y te golpea el estómago ante el olor a sangre.
Daniel Corpas y Samuel Pinazo, bajo la batuta en la dirección de Marc Vigil y la tutela de Javier Olivares , además de la firma de Jordi Calafí como coordinador de guiones presentan a esos personajes con “taras”, con derrotas , con ganas de saldar sus deudas del pasado, esas que evitan que crezcan y vayan hacia esa luz, la otra orilla que quieren cruzar.
Una apuesta recomendada, brillante, distinta y Valiente que deja el aroma de las grandes series de su género, una voltereta hacia delante de la ficción española que busca llevar a la televisión pública ese esquema que triunfa en las plataformas privadas a nivel mundial.
Felicitación a un reparto que ha cultivado todos y cada uno de sus silencios, que ha dejado latir el corazón de sus personajes con mimo, que los han moldeado desde la comprensión y exento de cualquier juicio y que nos permite ver a través de sus ojos y colocar nuestra visión a su lado para caminar con ellos a través de su descenso al infierno más Dantesco imaginado.
Blanca Gámez es Maggie Civantos. Nos presenta un personaje anclado en la memoria y destrucción de su padre. Superada en muchos momentos por la memoria de su padre, el legendario comisario Gámez. Aparenta todo lo que un policía quiere ser : inteligente, tranquila y directa. Nadie se explica su retorno, sin embargo la verdad saldrá a la luz.
