Quienes asistieron el pasado sábado al #MBWORLDTOUR dibujaron una sonrisa que difícilmente van a borrar en el transcurso de los días. El sábado quedó constatado que todavía nos queda mucho por aprender de los shows que se crean al otro lado del charco.
Michael Bublé ha creado un show a su medida , musicalmente impecable , emocionalmente indescriptible y su música y su voz tienen visos de convertirse en eternas .
Las más de veinte canciones que Michael Bublé regaló al público madrileño supieron a poco , haciendo un recorrido necesario por sus grandes hits y dando cabida a sus más recientes éxitos el público del Wizink Center , bailó, sonrió y se enamoró de nuevo bajo las luces y la voz del genial artista.
El concierto arrancó con un Feelig Good bajo la luna y con el suceso anecdótico de la noche , la «no» presentación de Pablo Alborán , como broma que el genial artista gastó al respetable además de alusión futbolística y su gusto culé , cosa que esta última no lo tuvo tanto.
Sin duda alguna otro de los momentos estrella de la noche fue cuando Bublé convirtió en una película de Tarantino el Wizink Center . Se apoderó del escenario junto con sus músicos de cuerda y viento y bailó hasta el amanecer en ese maravilloso homenaje a Pulp Fiction .
También tuvo su protagonismo el público, en este caso Jacobo ( lo que dió de juego su nombre) quien con una más que aceptable voz y un brillante dominio del inglés tuvo la opción de cantar con el genial artista regalándonos uno de los momentos más emotivos de la noche.
Sin duda una experiencia que no dejo indiferente a nadie . Un directo arrollador, un sonido y una orquesta envidiable , y un artista cuya voz ya está por méritos propios en el sonido de nuestro recuerdo. #MBWORLDTOUR
