Amigo Pablo, bendita locura la tuya. Gran vacío nos deja. Que bonito es sentarse a la mesa de los recuerdos, sentir y emocionarse perdido entre tus dedos y la escalera infinita de 88 blancas y negras que nos conduce a la lágrima eterna de tu guitarra. Los sueños no se acaban, siguen, los sueños no se rinden, bailan al ritmo de una locura transitoria, de un acorde en Mi Mayor , de un giro de 360º, de un abrazo perpetuo de almas con derecho a soñar libres y con el miedo a quemarse en el fuego del olvido consciente.
El 360 grados ha supuesto un cambio, otro sueño cumplido, una mirada al espejo de nuestra memoria musical, más de dos horas de baile de emociones, de silencios compartidos y notas musicales rebeldes. Que no acabe nunca la bendita locura de soñar música, de respirar, de volar entre pentagramas, de pintar de color emoción las negras y las blancas y de vivir aunque eso parezca difícil . Ahora llega otra fase, otro proyecto , otra vida, quizás otra locura, pero siempre de la mano de música, esa niña de grandes ojos marrones que se sentará para siempre a la diestra de tu piano.
Las luces se apagan y vuelan las notas musicales en tu cabeza como la sonrisa de un niño que es feliz sin saber explicar el porqué Queda la energía de cada abrazo, de cada persona que le cambió la vida, la esquina vacía de aquel patio que dolía, de los recuerdos que amarraban nuestra libertad y la tuya , esa manera de prender fuego entre las manos mientras tu voz se desgarra concierto a concierto , pintando pentagramas de rojo vida y de negro recuerdo.
La música necesita rebeldes como tú. Genios que caminan en el alambre con el único riesgo de sentir y caer, de rasgarse las manos de experiencia y vida, de sudor y lágrimas , de sonrisas señaladas con el dedo índice , de sueños que vuelven entre gigantes que se olvidaron a veces de lo pequeño que era el mundo. La música te necesita para sentirse libre, para sentirse única, para curarse, para amarse y mirarse a los ojos del espejo de tu recuerdos y saber que ha perdonado.
Vuelve , regresa, sigue meciendo al silencio al grito de Mamma no! , sigue abriendo las puertas de tu patio para que ese columpio siga meciéndose en el otro lado de tu ausencia. Viva la libertad , viva la música amigo Pablo.
