14 de noviembre de 2019. Barcelona. Llueve. Hoy es la 66ª gala de los Premios Ondas y después de 7 años volveré al Palacete Albéniz para reunirme con los premiados para luego asistir a la gala en el Gran Teatre del Liceu.
Hace 7 años que empecé en este medio aquí en Barcelona y los Premios Ondas 2012 fueron mi primer evento. Recuerdo aquél día con ilusión y a la vez con unos nervios horrorosos (algo que aún mantengo). Los que me conocen, saben que a mí me gustan más las entrevistas tranquilas. Me gusta sentarme con el entrevistado para poder hablar sin prisas, algo que en estos eventos no sucede, porque todo va demasiado rápido.
Aún así, reconozco que de estos días lo que más me gustan son los reencuentros. Los propios con otros compañeros y los ajenos. Siempre es divertido ver cómo dos personas se reencuentran y se alegran de verse en estos mundos a veces muy locos.
Ayer ya os conté lo que habíamos vivido en “El encuentro con los medios” así que aquí quiero contaros lo que vivimos por la tarde en el photocall y la posterior gala. El frio estaba presente en la alfombra roja del Liceu mientras los asistentes iban llegando atendiendo a los medios allí congregados.
La gala empezó a las 20h entre deseos de rapidez y humor por parte del conductor de la gala Juan Carlos Ortega que presentó a los asistentes un mimo que iba a cronometrar los discursos, para que, al final de la gala poder entregar un Ondas blanco al premiado más rápido.
Los entregadores se iban conociendo a partir de una ruleta con sus rostros. De allí salieron las parejas de Rosa Mª Calaf y Pepa Fernández, Tony Agilar y Mª Teresa Campos, Julia Otero y Josep Cuní, Juanra Bonet y Rosa Mª Mateo y la pareja más aclamada y emocionante con Luis del Olmo y Iñaki Gabilondo. El propio Luis afirmó que presentar junto a Iñaki era uno de los mejores premios le habían dado. En ese momento y después de entregarle a Pepa Bueno el premio ondas al mejor programa de radio a “Hoy por Hoy” una voz le pidió a Juan Carlos Ortega que mandara subir al escenario a Carlos Herrera y Carlos Alsina para así poder realizar la que allí titularon “La Foto de la RADIO”.
Tengo que deciros que durante todo el día el ambiente que se respiraba era de felicidad y orgullo. Me atrevería a decir que todos los premiados se sentían felices y orgullosos de recibir el Premio Ondas por su trabajo. Un trabajo que a veces no es lo suficientemente reconocido, un trabajo que a veces les lleva a pasar muchas horas fuera de casa, un trabajo que demasiadas veces despierta sus inseguridades, un trabajo que requiere de esfuerzo, constancia, sacrificio, generosidad y amor.
Candela Peña se auto-dedicó su Ondas y desde aquí la aplaudo fuerte del mismo modo que hice en el Liceu y le digo entre risas que su Candela Montes también se hubiese dedicado el premio… tal y como ella misma me dijo por la mañana. Candela quiso recordar la importancia de aprovechar las oportunidades que aparecen porque da igual si llegan a la primera, a la segunda o a la tercera. Alejandra Andrade aprovechó su intervención para dar voz al periodismo de calle. Un periodismo necesario al que se debe apoyar y sobretodo dar voz, porque ese periodismo por su parte da voz a los que a veces no pueden hablar. Paloma del Río por su parte, agradeció su premio y se mostró feliz de recibirlo para así poder seguir dando voz a aquellos deportes que no siempre cuentan con el apoyo suficiente o necesario para ser visibles. Sin duda tres mujeres que aprovecharon su tiempo para dar voz.
Los momentos musicales llegaron de la mano de Ainhoa Arteta que presentó el primer single “Frenesí” de su nuevo trabajo “La Otra Orilla” y de Vanesa Martín que después de recibir su Ondas y agradecer a su gente la confianza de todos estos años y recordar a los allí presentes que la canción premiada lanza un mensaje de libertad, progreso, diversidad, igualdad, respeto… algo que forma parte de su filosofía de vida y que tal y como me dijo por la mañana “Hay que armar menos revuelo y VIVIR más”, se sentó al piano para regalarnos su canción “De tus Ojos” al piano junto a su compañera Teresa Lli al chelo, una versión en la que se pudieron escuchar algunos versos nuevos. Cuando acabó Juan Carlos la invitó a sentarse en un sofá que estuvo en el escenario durante toda la gala para así pedir al Liceu que entonara la canción “Feliz Cumpleaños” a una Vanesa emocionada que cumplía un año más ese mismo día.
Paco León agradeció el Premio Ondas por “Arde Madrid” acordándose y alabando la ficción española que se ha estrenado durante este último año y en los últimos tiempos. Si hablamos de reivindicaciones tenemos que señalar el discurso de Jordi Évole que usando la ironía y el humor habló de lo mucho que se habla de la situación en Cataluña, a veces magnificando demasiado los sucesos.
La emoción estuvo presente en más de una ocasión durante la noche, por ejemplo mientras se recordaba la figura de Camilo Sesto. Pero sin duda, la emoción personificada fue Miguel Ángel Silvestre. El actor recibió el Premio Ondas y dedicó su premio a todos los padres, recordando así el amor incondicional del padre de Pablo Ibar a su hijo y a su propio padre que el otro día también hubiese cumplido años.
La gala terminó del mismo modo que comenzó. Con humor. De la mano de Andreu Buenafuente y Berto Romero que se llevaron el caballo blanco por un primer discurso fugaz que acabó con otro un poco más largo. Andreu y Berto empezaron a recordar momentos de su trayectoria y a la vez los técnicos empezaron a desmontar el escenario. Finalmente les cogieron en brazos y se los llevaron del escenario. Y así entre risas las luces del Liceu se encendieron y los abrazos empezaron a aparecer en el patio de butacas entre felicitaciones mutuas de premiados e invitados.
De algún modo este 14 de noviembre yo también estaba de celebración. Celebración por todos estos años y porque en el patio de butacas el otro día estaban sentados varios amigos y compañeros… como hace 7 años.
Marta Juanola
