Veneciafrenia: Resacón gore en el corazón de Venecia

Hablamos con el director y con sus protagonistas sobre el estreno más esperado del año

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Almudena Fuentes Sánchez
Almudena Fuentes Sánchez
Cineasta y periodista dispuesta seguir creciendo. Mi gran pasión es el cine y por eso, no me conformo solo con verlo.

De nuevo Alex De la Iglesia demuestra que tiene todo un universo de ideas a sus pies y que es perfectamente capaz de darle forma a cada una de esas pesadillas que ni siquiera sabíamos qué teníamos. Otro miedo desbloqueado, caminar por las calles de Venecia. Qué cosa más inocente y simple.

Es espectacular como Alex de la Iglesia y su equipo han logrado representar el sistema laberíntico que es Venecia y mantener la tensión durante la hora y media de metraje.

Hasta ahora, no había leído críticas demasiado positivas sobre este proyecto asi que voy a darle algo de luz a la oscuridad de esta historia de terror.

Tras las proyecciones que han tenido lugar en distintos festivales había rumores acerca de si las desinfladas críticas harían al director volver a llevar la película a montaje y no se si finalmente lo ha hecho porque no fui de las afortunadas que pudo disfrutarla pero Veneciafrenia mantiene a la perfección la esencia de Alex, de eso no hay ninguna duda. 

Desde los créditos iniciales, su universo traslada al espectador a la época de los 70 y la estética de las películas de terror de entonces. Mi mente se ha trasladado por ejemplo a la maravillosa Suspiria y a la vez era evidente que se trataba de un claro homenaje a la magnifica El día de la bestia a través de su tipografía.

La historia comienza fuerte, potente, con una escena que plantea en apenas 2 minutos el argumento base. Preparemos el estomago para escenas de lo más macabras y detalladas, aunque podrían haberlo sido más porque, ha sido tolerable para el estómago sensible de esta espectadora que no soporta el cine gore.

El ritmo de la narrativa es perfecto para todo lo que sucede. Conversaciones rápidas, sin respiro y acción sin parar. El momento en el que se abren las puertas de la ciudad para recibir a este grupo de amigos que conforman Ingrid García Jonsson, Silvia Alonso, Nicolas Lloro, Alberto Bang y Goize Blanco, da comienzo a la pesadilla.

Los turistas son representados como una enfermedad, algo que aunque está exagerado, no deja de ser verdad en algunos aspectos. Y es que, no todo el mundo sabe respetar el entorno y la esencia de cada lugar. 

El turismo masivo es un problema y lo que más me gustaría destacar es que es una historia que puede ocurrir. No es tan descabellada como otras genialidades de Alex, quizás no ocurriría como él lo representa pero es perfectamente factible que un grupo de personas se organicen y actúen para acabar con quienes consideran sus enemigos extranjeros.

Menos mal que visité Venecia en enero de 2020 porque después de ver este filme no sé si podré volver a pasear por sus calles sin pensar en los peligros que acechan a los turistas en cada esquina de esta ficción.

Venecia ya de por si, es una obra de arte en si misma pero cuando llegas allí dispuesto a rodar una historia como esta, el asunto se puede complicar demasiado si encuentras las calles vacías. La pandemia le puso las cosas algo difíciles al equipo y tuvieron que buscar la forma de sacar todo adelante sobre la marcha. Todo un reto que superaron con creces y dejando las expectativas muy altas.

Mención especial para el departamento de arte que ha respetado cada detalle de la cultura carnavalesca a pesar de haber rodado en octubre, cuando los carnavales son el febrero y sin demasiadas facilidades para la escenografía.

La película es una bomba a punto de explotar pero que culmina sin haberlo hecho. Alex de la Iglesia peca de finales demasiado exagerados para mi gusto: sectas, monstruos enormes, escenas a lo bestia… y no es que esperase algo así porque suele ser lo único que me echa para atrás en sus trabajos pero en esto Veneciafrenia se desinfla. No se si esperaba uno de esos finales que me horrorizan o gracias a las criticas de hace meses ya me creía preparada para ello, pero la realidad es que no.

El climax de la película queda reducido a una televisión encendida en la que se habla de un incidente con heridos y fallecidos pero sin detallar a la vez que demasiadas cosas se dan por hecho.

Es una historia de esas que te hacen querer que pase el tiempo rápido porque no puedes contener tanta intriga pero cuando llegas al desenlace te deja con ganas de más, de bastante más. Un incendio que cuando más vivo está, se apaga de golpe y con demasiadas tramas sin punto y final.

Pero para nuestro alivio, Veneciafrenia tan solo es la primera pieza de The fear Collection, un nuevo sello de producción de películas de terror y suspense creado por Sony Pictures International Productions, Amazon Prime y Pokeepsie Films. Aún queda mucho por descubrir pero de momento, Alex De la Iglesia regresará muy pronto con la segunda temporada de 30 monedas y la que será su próxima película: El cuarto pasajero.

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