Andy y Lucas se despidieron anoche en el Palacio de Vistalegre de Madrid, y esta vez sí fue la definitiva. Un adiós que no se sintió como un adiós, sino como una estirada de chicle que debía haberse cortado en el Wizink Center de Madrid, en mayo de 2024.
Como seres humanos, somos capaces de contagiar nuestra energía y nuestros sentimientos a los que nos rodean, y anoche la frialdad entre los dos artistas cortaba el ambiente.
Desde su aparición en el photocall previo al concierto, ya supimos que no iban a dar un show en la mejor de sus circunstancias, pero la nostalgia siempre puede más que la desilusión. El concierto de ayer debería haber sido para dejar de lado las polémicas y despedirse rodeados del mismo amor que le dieron ellos a su público, recibido de vuelta.
Han sido 23 años de música que llega al corazón en todos los sentidos y anoche, yo no fui solo en calidad de periodista, mi corazón de niña que creció con ellos iba por delante.
Andy y Lucas hicieron su aparición en el photocall exactamente a las 19:38 de la tarde y en contraposición al silencio de Andy, Lucas anunciaba que no darían declaraciones debido a los baches que han vivido en los últimos meses de su carrera juntos.
En su discurso, Lucas reconocía que eran plenamente conscientes de que parte de los periodistas presentes no solo éramos profesionales, sino también seguidores suyos, pero nada les ablandó. Una situación que se habría solucionado solicitando que les preguntasen solo por ese último concierto y dejando atrás a aquellos medios que se saliesen de su petición, pero prefirieron dejarnos con ese sabor amargo, confirmando lo que ya se sabía.
Lucas salió al escenario con la mayor de las energías, dejando a Andy en el fondo del mismo. Las personalidades de ambos han sido desde sus inicios bastante contrarias y durante todo su recorrido, Andy ha sido más contenido e introvertido y Lucas el alma de la fiesta y los bailes, así que es una tónica habitual que la voz cantante la lleve Lucas.
Pero esta vez fue diferente. En numerosas ocasiones Lucas hizo el intento de juntarse con Andy, pero este no le recibió. La imagen de Lucas agarrando a su compañero del hombro y Andy dando pasos hacia atrás para alejarse de él fue recurrente y el cruce de miradas se redujo a cero durante las casi dos horas de concierto.
El show fue un viaje por sus temas más famosos y reconocidos en el que por momentos, Andy podía ser confundido con un miembro del coro más si no fuese porque sabemos que el grupo lo conformaban dos personas.
Siempre decimos que los artistas deben crear desde el corazón y salir al escenario también es parte de su creación artística. No podemos pretender que alguien actúe como no siente y menos cuando el mundo les reclama sinceridad sin conocerles de nada. Por eso, no voy a recriminarle a Andy su actitud durante el show. No fue una falta de respeto hacia su público como dicen en otros medios de comunicación, ni una falta de respeto a su compañero Lucas, fue su manera de ser fiel a sí mismo y sobrellevar una situación que claramente le sobrepasaba.
Tanto Andy como Lucas siempre se han comportado igual en cada concierto y eso es algo que va en sus personalidades y en como se han aceptado el uno al otro desde el principio. No podemos fingir que nos sorprende que Lucas se mueva por el escenario y la pasarela y Andy prefiera mantenerse más estático y calmado. Esa ha sido la esencia de ambos, así gustaron en los años 2000 y así han seguido gustando 23 años más tarde.
Quiéreme, Hasta los huesos y Aquí sigo yo fueron las canciones con las que abrieron la noche. El ritmo de María puso a todos los asistentes a bailar y nos emocionaron con la letra de Por ella y la salida al escenario de Nolasco, que no quiso perderse esta noche tan especial para sus amigos.
Su tema Quiero ser tu sueño dio paso a uno de los momentos más emotivos, en el que Andy recordó a sus abuelos dedicándoles Abuelo, una balada que pretende dar esperanza a aquellos que hemos perdido a alguien con la idea de que nos están esperando en el cielo y algún día dejaremos de llorar para volver a abrazarles.
En tu ventana fue un tema que le abrió los ojos a muchas mujeres que sufrían maltrato por parte de sus parejas. Fueron uno de los primeros grupos escuchados por adolescentes y niños que hablaron de ello en una canción y en mi caso, la escuchaba cuando tenía tan solo 10 años y recuerdo no comprender la letra porque mi cabeza no contemplaba la posibilidad de que alguien maltratase a su pareja, a la persona que se supone que quieres y con la que querrías compartir tu vida.
Con los años, lamentablemente comprendí de qué se trataba y gracias a ellos aprendí lo que no tenía que permitir bajo ningún concepto y donde estaban los límites.
Lucas se adelanta hacia la pasarela para dejar claro que después de viajar por todo el mundo junto a su compañero Andy y ver miles de cosas, “las mujeres son la cosa más bonita que existe” y que, “bajo ningún concepto hay que ponerles una mano encima” y a continuación, comienza a preparar una coreografía de luces con la colaboración del público. Al ritmo de Pasarán se comienzan a encender las linternas de los móviles con perfecta sincronización de los brazos de Lucas y las gradas.
Echándote de menos y Celos le dan paso a Carita Morena para la que reciben a su compañera y amiga María Peláe para cantarla con ellos.
Otros grandes éxitos de su carrera que no podían faltar fueron Dime que me quieres, Mírame a la cara y De que me vale, pero sin duda los broches de oro se los llevaron Son de amores y Tanto al quería, esta última encargada de cerrar la noche rodeados de su club de fans en el escenario, quienes previamente les dedicaron un bonito video de despedida que culminaba con un “Os elegimos desde siempre y para siempre”.
Andy aprovechó para dedicarle unas breves palabras de agradecimiento a la gente y Lucas sacó un cuaderno en el que había redactado un mensaje algo más extenso para todos los que han formado parte de su camino. Entre lagrimas y emociones varias, ambos se fundieron en un último abrazo antes de que salieran «por la puerta grande», atravesando la pista, Lucas a hombros de un miembro de su equipo y Andy caminando detrás.
Podemos aprender muchas cosas de toda esta aventura que nos han permitido vivir junto a ellos, pero si podemos elegir una conclusión final sería que hay que saber parar a tiempo para que una de las cosas más bonitas que ellos y sus seguidores han podido vivir, no acabe con ensayos por separado, indirectas, contacto cero o tensiones innecesarias. Hay que saber decir adiós y cerrar etapas cuando llega el momento adecuado para que el final quede como un recuerdo perfecto hacia el que miraremos dentro de un tiempo y que nos removerá el alma y el corazón sin que nada empañe lo bonito.