De “Tocoto” a “Bienvenidos al show”: así fue la mágica noche de Amaia en Chiclana

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La noche del 7 de agosto en el Concert Music Festival de Chiclana quedará grabada en la memoria de quienes vivieron el directo de Amaia, una artista que transforma cada canción en un instante único. Con 15 minutos de retraso sobre la hora prevista, a las 22:15, el recinto quedó a oscuras y un silencio expectante se apoderó del público. Las primeras notas de “Tocoto” rompieron el aire, provocando una ovación que confirmaba la emoción de los asistentes.

Amaia apareció dentro de un cubículo de luz, vestida con un look rosa de top y pantalón y una tiara de princesa que, como confesó más tarde, llevaba “solo para que le cantaran el mítico ‘reina y guapa’” de Andalucía. “Buenas noches, Chiclana”, saludó sonriente antes de alternar batería y piano en “La vida imposible”, arropada por la guitarra eléctrica y el teclado que ella misma tocaba.

La cantante pamplonica demostró que sabe convertir los silencios en magia, como en “Dilo sin hablar”, interpretada desde una plataforma con flashes blancos en la pantalla. Después, un ojo gigante en la pantalla principal dio inicio a “Nanai”, uno de los temas más celebrados de su último disco “Si abro los ojos no es real”. Sentada al piano, un par de palmadas suyas encendieron de nuevo la pantalla del recinto para revelar una imagen cenital de ella tocando este instrumento.

EL show continuó con “C’est la vie” y el esperado momento de “Auxiliar”, en el que volvió a tocar el arpa y a dejar al público sin palabras. Después de los coros de “reina y guapa”, con los que ella bromeaba que ese cántico era el principal motivo de su corona esa noche, presentó uno de los pasajes más íntimos con “Ya está”, donde el público guardó un silencio reverente hasta la última nota.

El setlist avanzó con “Santos que yo te pinté”, “Despedida” y “Yo invito”, seguidas de “M.A.P.S (Mejores Amigas Para Siempre)”, que fue coreada de principio a fin. “Giratutto” y “El encuentro” mantuvieron la energía alta, hasta que las peticiones del público por “Nuevo verano” hicieron que Amaia improvisara un fragmento, bromeando: “La canto aunque no me la sepa entera, que hace tiempo que la quité del setlist”.

«La que viene ahora también os va a gustar seguro, es del primer disco y es de las primeras canciones que compuse, se llama, quedará en nuestra mente” contaba la pamplonica para presentar “Quedará en nuestra mente”. Tras esto dedicó un Cumpleaños feliz a una fan y presentó “Yamaguchi”, una canción especial que conecta Pamplona con la ciudad japonesa del mismo nombre. Acompañada por Luis Martínez, hiló recuerdos de infancia con reflexiones sobre lugares que se convierten en refugios.

Antes de la despedida, se sentó al piano y cumplió otra promesa pendiente: tocar un fragmento de “El relámpago”, regalo inesperado para un público que no quería dejarla marchar. Y, como broche final, eligió “Tengo un pensamiento” y “Bienvenidos al show”, cerrando la noche con una mezcla de emoción y celebración.

Entre risas, confidencias y momentos de pura conexión, Amaia ofreció en Chiclana algo más que un concierto: una experiencia que combinó delicadeza, cercanía y verdad, confirmando que cada una de sus presentaciones es irrepetible.

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