En una edición, la número 40, cuya Sección Oficial estuvo marcada por las migraciones y los personajes femeninos, el palmarés no podía obviar ambas características. Así lo demostró el jurado, presidido por la actriz valenciana Glòria March, con su veredicto en una gala de clausura que, como en la apertura, volvieron a presentar los cómicos valencianos Saray Cerro y Lluís Mosquera.
‘Aisha Can´t Fly Away’ obtuvo el principal premio de la noche: la Palmera de Oro, galardonada con 30.000 euros para el equipo de producción y 15.000 para su distribuidora española. Se trata de la ópera prima de Morad Mostafa y tiene como protagonista a Aisha, una cuidadora sudanesa de 26 años que vive en el corazón de El Cairo. La joven se encuentra atrapada entre una relación ambigua con un joven cocinero egipcio y las amenazas de un gánster que la chantajea para hacer un trato inmoral a cambio de seguridad.
También es migrante la protagonista de la otra gran triunfadora de la noche: ‘Pieces of a foreign life’, de la directora franco-siria Gaya Jiji, que obtuvo la Palmera de Plata (dotada con 20.000 euros) y el premio a la Mejor Actriz para Zam Amir, su protagonista, conocida internacionalmente por su participación en ‘Holy Spider’. La película narra la historia de Selma, una mujer siria devastada por la guerra que se ve obligada a huir dejando atrás a su hijo y a su esposo, desaparecido en las cárceles del régimen. Tras un peligroso viaje por Grecia, Macedonia, Serbia y Hungría, a pie, llega a Burdeos, donde lucha por obtener asilo y la oportunidad de reencontrarse con su hijo.
El premio a la Mejor Dirección también fue para una creadora: la directora turca Gözde Kural, que en ‘Cinema Jazireh’ aborda la historia de Leyla, una mujer afgana que sobrevive a la masacre de su familia y emprende la búsqueda desesperada de su hijo desaparecido. Y el premio al Mejor Guion recae en Erige Sehiri, Anna Ciennik, Malika Cécile Louati, por la producción tunecina ‘Prometido el cielo’, centrada en las vidas de tres compañeras de piso costamarfileñas de distintas generaciones y la niña huérfana a la que acogen.
Portugal se llevó doble recompensa gracias a ‘Primeira pessoa do plural’, de Sandro Aguilar, que obtuvo el galardón a la Mejor Fotografía y al Mejor Actor, para Albano Jerónimo. Hasta Grecia viajó el premio a la Mejor Banda Sonora: Babis Papadopoulos se alzó con el galardón por su partitura de ‘Broken vein’, de Yannis Economides. Esta cinta también se llevó el premio al Mejor Cartel, que se entregó por primera vez en esta edición.
Uno de los momentos más emocionantes de la noche fue la entrega de la Palmera de Honor a Fernando Bovaira, figura imprescindible de la producción española contemporánea. Recibió el galardón de manos de Alejandro Amenábar, con quien ha construido buena parte de su carrera. El director le presentó como “un maravilloso defensor de la voz de los autores. Forma parte de ese grupo en peligro de extinción de productores al que pertenecen Emiliano Piedra y Elías Querejeta. Son auténticos leones ante el abismo de la incertidumbre audiovisual. Ha defendido a muerte mis dos últimos proyectos, que estoy seguro de que no se habrían hecho sin su cabezonería”.
Bovaira, emocionado, se mostró agradecido y recordó que “el oficio de productor está lleno de sinsabores y zozobra. Tener compañeros de viaje como Alejandro con esta calidad humana lo hace todo más llevadero”. Y recordó que en los últimos tiempos ha tratado de acercar su trabajo a la tierra valenciana, como ‘La buena letra’, adaptación de Rafael Chirbes, ‘El cautivo’ y su próxima película, que ya se rueda en València. “Esta es una tierra llena de talento individual al que les falta un poco de apoyo colectivo, aunque ya se están dando los primeros pasos”.
La Cabina, la sección dedicada a los mediometrajes, que por primera vez se ha integrado en la Mostra también entregó sus galardones. El primer premio fue para ‘Un ciel si bas’, de Joachim Michaux, que retrata la fiebre del New Beat en la Bruselas de 1989; la Mención del Jurado recayó en ‘Fanny à la plage’, de Raphaëlle Petit-Gille, que retrata los deseos imposibles de una madre con dos pequeños.
Xaloc, la nueva sección que sustituye a la Informativa, también otorgó su galardón. Pero, en esta ocasión, fue la audiencia a las proyecciones con sus votos. El Premi del Públic Ciutat de València fue a parar a manos de ‘La voz de Hind’, de la directora tunecina Kaouther Ben Hania. Estrenada en Venecia y proyectada en San Sebastián, la película se ha convertido en uno de los testimonios más estremecedores del genocidio palestino.
Tras la clausura, se proyectó el mediometraje: ‘+10k’, de Gala Hernández López, que se estrenó en la pasada Quincena de Realizadores del Festival de Cannes. Se trata de un documental que sigue a Pol, un joven de 21 años que vive con su abuela, sueña con establecerse en Miami y ganar más de diez mil euros al mes. Para ello, asiste a charlas motivacionales, sigue a coaches online e invierte en criptomonedas. Pol no sabe cuándo logrará alcanzar estas metas y conseguirá convertirse en la mejor versión de sí mismo, lo único que sabe es que algún día lo logrará.




