Hay proyectos que llegan cuando el alma está preparada para recibirlos, y Camino a Arcadia parece haber encontrado en Paula Echevarría a una intérprete en ese punto exacto: el del regreso, la calma y la plenitud. La actriz, uno de los rostros más queridos de la ficción española, forma parte de esta nueva serie que entrelaza realismo, fantasía y reflexión sobre la identidad, y que marca un nuevo paso en su carrera.
“Me animé porque era el momento. Llevaba tiempo parada, sin rodajes, por elección propia, porque necesitaba ese parón en mi vida. Y este proyecto llegó en un momento maravilloso, cuando ya me sentía preparada para volver. Me contaron el reparto, el elenco… y me encantó aún más. Eso sí, me dio vértigo irme fuera de casa, pero lo gestionaron muy bien y fue maravilloso. El resultado es, de verdad, maravilloso”, confiesa.
En Camino a Arcadia, Paula interpreta a Irene, un personaje que define como “un ser de luz”. “Irene representa el sol, la playa, la luz… marca la diferencia entre México y el mundo de Arcadia. Es pura energía positiva, esperanza y equilibrio”, destaca.
Cuando le pregunto qué cree que aporta Camino a Arcadia al panorama audiovisual actual, lo tiene claro: “Es una serie súper completa. Tiene drama, thriller, acción… Es una historia muy redonda, con muchos matices. Creo que el público se va a ver reflejado en muchas de sus emociones”, señala.
Sobre su conexión con Irene, Paula sonríe con la ternura de quien ha habitado un personaje desde el corazón: “No ha sido difícil conectar con ella. De todos los personajes siempre te queda algo dentro, pero en el caso de Irene era una maravilla llevársela a casa. Es muy valiente, luchadora, honesta… Y creo que esa energía positiva se me contagió. Fue parte de mi felicidad durante el rodaje”.
Y así, entre el vértigo de volver y la emoción de reencontrarse con su oficio, Paula Echevarría demuestra que Camino a Arcadia no solo es una serie sobrela búsqueda a lo personal, sino también una historia sobre volver a empezar cuando el momento por fin llega.




