Otra noche mas en las noches del botánico que presagiaba ser memorable. Hay algo en este lugar que me hace conectar directamente con la naturaleza, y yo creo que es por la densa vegetación del lugar. Hay conciertos donde uno baile y otros donde el alma baila sin parar, y eso es lo que sentí yo en el concierto de Seu Jorge de esta noche.
Descubrí a este cantante gracias a un amigo brasileño que me recomendó hace unos meses que le escuchara, y la verdad que conecté al instante. Hay que entender que mis raíces son brasileños, y puede que esa sea una de las grandes razones que conecte con su música.
Seu Jorge es uno de los grandes exponentes de la cultura brasileña en el mundo, y lo que estábamos asistiendo hoy era a una gran fiesta de alegria y saudade como dicen los brasileños.
Brasil es sinónimo de baile, fiesta, alegría y vivir el momento. Los brasileños tienen en sus genes algo diferente a otras nacionalidades y es que exprimen la vida al máximo.
Embarcado en su gira europea y recien llegado de Barcelona, Seu Jorge y su banda llegaron para darnos una gran fiesta al estilo brasileño. Cantaron temas como “Mina do camino”, “Te queria”, “Carolina”, “A doida”, “Batuque”, “Gente boa se atrai” y “Alma de guerreira” entre otras.
Lo que me encontré en este concierto fue una gran fiesta brasileña en Madrid, eso parecía el sambodromo de Rio de Janeiro, que manera de disfrutar y gozar la vida. Entre el público había muchas banderas brasileñas que el público las portaba con mucho orgullo, esa bandera representa a su país.
Ya casi estaba llegando el final del concierto, Seu Jorge hizo un amago de irse de escenario cuando de repente volvió, y de que manera. Interpretó temas como “Felicidade” y “Burguesinha”, que deleitaron a los asistentes con éxtasis de felicidad en cada nota. Y todavía una sorpresa más, el público quería seguir bailando y para sorpresa de todos el cantante cantó “Mas que nada”, uno de los temas brasileños más conocidos en el mundo entero que cerró con altura una noche brasileña para el recuerdo de todos los asistentes.
Cuando hablo de que en Madrid se puede viajar a otros países sin salir de la ciudad no lo digo por decir, la realidad es que gracias a la cultura al ocio y a la gastronomía uno puede viajar a otros países y conocer nuevas culturas, y eso es lo que sentí ayer en las Noches del Botánico.
Entender la vida a través de la música ayuda a abrir nuevos horizontes, nuevos sonidos y nuevas formas de ver y amar la vida.
