El 22 de julio de 2025 se vivió algo más que un concierto en el Estadio Riyadh Air Metropolitano: fue un terremoto emocional, una fiesta compartida por más de 55.000 STAY que convirtieron el estadio en un hogar provisional para StrayKids. Por primera vez, los ocho miembros pisaban suelo español en solitario y lo hicieron por todo lo alto: con un sold out que se escuchó desde Corea hasta el último rincón del barrio madrileño de San Blas.

Una apertura explosiva, un cierre eterno

Puntualidad coreana. A las 20:30 en punto, el escenario estalló en luces, fuego y sonido para dar paso a “Mountains”. Y de ahí en adelante, nadie volvió a sentarse. Las plataformas móviles, las pasarelas laterales y los efectos visuales envolvieron al público en una producción pensada al milímetro. “Thunderous”, “JJam” o “Chk Chk Boom” subieron el pulso colectivo entre fuegos, confeti y fuegos artificiales. Cada detalle estaba medido para emocionar. Y lo consiguieron.

Un estadio convertido en parque temático

El setlist fue tan generoso como intenso: 36 canciones, cuatro cambios de vestuario, 30 bailarines, una banda en directo y los miembros corriendo sin parar por todos los ángulos del estadio. Desde el primer saludo —con su ya mítico «¿Qué tal están los máquinas?”— hasta la despedida, no hubo un momento sin entrega. StrayKids no vinieron a cantar: vinieron a celebrar con su gente.

Uno de los grandes aciertos fue el equilibrio entre adrenalina y ternura. Los solos en dúo fueron una joya: Han y Felix con «Truman» y bengalas rosas, Bang Chan y Hyunjin flotando en “Escape”, Lee Know y Seungmin poniéndose modo drama total en “Cinema”. Cada bloque del concierto se abría con un nuevo look con brillos, vaqueros o camisetas de «I LOVE Madrid» y una nueva actitud. Y todo esto mientras sonaban hits como “Back Door”, “God’s Menu”, “S-Class” o “Domino”.

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Un show con hinchables, carros y corazones en alto

Durante “Giant”, un hinchable colosal apareció sobre el escenario como salido de un videojuego, mientras los miembros se movían entre luces rojas y una escenografía que parecía no tener límites. Más adelante, subidos en carros móviles, recorrieron el perímetro del estadio saludando, cantando y lanzando corazones al aire. Fue uno de los momentos más mágicos: los miembros flotaban literalmente por el Metropolitano.

Hubo también momentos de absoluta complicidad: desde Félix bailando mientras le cantaban “Félix Navidad”, hasta un Bang Chan emocionado agradeciendo a las familias que acompañaban a sus hijos. “Gracias por esperarnos tanto. Me alegro de compartir este hogar con vosotros en este estadio”, dijo con sinceridad, mientras se tomaban fotos con el público al grito de «¡1, 2, 3, Madrid!».

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Madrid les robó el corazón… y ellos prometen regresar pronto

“Me duele el corazón por no haber venido antes”, confesaba Bang Chan con esa sinceridad que traspasa el escenario, recordando esos largos años de espera que la pandemia impuso. Pero StrayKids no quiso dejar pasar la oportunidad sin mandar un mensaje claro y lleno de cariño para sus STAYs: “Gracias por esperarnos tanto tiempo, gracias por estar aquí hoy”. Hyunjin, con esa humildad que le caracteriza, compartió un deseo muy especial: “Uno de nuestros sueños siempre fue visitar España, y gracias a vosotros, STAY, estamos aquí”. Y para rematar, Han, que no escondió su amor por nuestro país, aseguró con una sonrisa que “le encanta España” y que “volverán, sin duda alguna”.

Una promesa que ya resuena en el aire madrileño y que nos tiene contando los días para ese reencuentro.

★★Stray Kids – Madrid – JYP ENTERTAINMENT Christian Bertrand60

El fanproject preparado por el fandom español fue otra de las joyas de la noche. Mientras en pantalla aparecían mensajes desde todas las comunidades autónomas, los chicos se sentaron en el escenario a mirar emocionados el vídeo. No hubo grito más fuerte que el que acompañó sus palabras: “Volveremos sí o sí”.

Y sí, volvieron al escenario para un bis que no estaba planeado: “Chk Chk Boom (Festival Ver.)” y “Star Lost” cerraron la velada entre fuegos, luces blancas y un estadio teñido de rojo. Fue épico, fue íntimo, fue un regalo mutuo entre artista y público. Un “StrayKids everywhere all around Spain” que se sintió verdadero.

Madrid no fue una parada más en su gira: fue una declaración de amor. Y si algo quedó claro esa noche es que, cuando vuelvan, ya no será una visita. Será una bienvenida a casa.