«De todos los posibles planes de Miércoles por la noche, tú y yo hoy decidimos estar juntos, y eso hay que celebrarlo” decía el artista en su primera interacción con un Palau Sant Jordi lleno hasta la bandera.
Barcelona y Camilo se tenían muchas ganas, lo contaron desde que se vieron de frente con su forma de mirarse y su admiración completamente recíproca. Horas antes del comienzo del show, las escaleras de Montjuic se veían repletas de familias, parejas, y grupos de amigos que subían al Palau para asistir al Nuestro Lugar Feliz Tour. Probablemente llevaban muchísimo tiempo esperando el 3 de julio: por fin iban a ver a su artista favorito.
El concierto dio comienzo a las 21.30h, cuando la voz de la pequeña Índigo presentaba a «su papá”, que apareció sobre la tarima ondeando la bandera de la tribu al compás de “BEBÉ», casi inaudible por los gritos del público.
“Bona nit Barcelona, esta noche este va a ser nuestro lugar feliz”, prometía el artista a su fiel tribu, a la que también dedicaba unas palabras de cariño: “las mejores visitas del concierto las tengo yo, os veo muy guapos”.
Vestido íntegramente de blanco y con los pies descalzos, como ya es habitual, el colombiano repasó durante casi 2 horas su repertorio repleto de hits como “KESI”, “PEGAO”, “TATTOO” y muchos otros temas que cualquier ser vivo que haya habitado la tierra estos últimos años debe conocer.
Así pues, el Palau se convirtió durante ese rato en un espacio impregnado de buen rollo y pura felicidad; un lugar completamente aislado de todo lo negativo que pudiera suceder fuera de esas paredes. “Hay gente que está viviendo el mejor momento de su vida y que ha venido a celebrarlo, y gente que está viviendo un mal momento y viene a desahogarse. Hoy la tribu se juntó y cuando la tribu se junta se convierte en nuestro lugar feliz”, decía Camilo.
Antes de cantar “EL MISMO AIRE” y “SALITRE”, sus colaboraciones con Pablo Alborán y Manuel Carrasco, dedicó unas palabras de agradecimiento a esos artistas españoles que con tanto cariño le abrieron las puertas a nuestra tierra. Llegados a este punto del show, Camilo aprovechó para bajar del escenario y sentir más de cerca a sus fans, a los que les acercó el micro para cantar “TUTU”.
Entre tanta celebración y bailoteo, también hubo tiempo para los momentos más íntimos; en mitad de la velada, el artista se quedó solo con una guitarra justo en el centro de la tarima. «Siempre que voy a un concierto el artista no canta la canción que yo quiero escuchar, y me niego a que esto pase en un concierto mío”, contaba Camilo. Y seguidamente, se dedicó a leer los carteles de los fans, que muy acertadamente le pedían canciones fuera del setlist original. Así pues, les regaló 3 canciones en acústico; la última de ellas “ROPA CARA”, otro de sus grandes hits.
Por si fuera poco, el colombiano todavía guardaba una sorpresa: Evaluna, a la que presentó como su artista favorita y la mujer de su vida, apareció en el escenario para cantar junto a él “PLIS”, “POR PRIMERA VEZ” y “ÍNDIGO”, la canción dedicada a su hija.
Como guinda del pastel y punto final de la noche, Camilo presentó a los miembros de su banda (paréntesis para destacar lo buenos músicos que son), con los que se fue yendo progresivamente del escenario al ritmo de “VIDA DE RICO”.
Y así fue como Barcelona encontró su lugar feliz un 3 de julio de 2024 en el Palau Sant Jordi. Un concierto que, sin duda, todo el que estuvo presente recordará para siempre con imagen difusa, como si de un sueño se tratara, y con colores muy muy vivos.
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