Son muchas las veces que Ruggero y yo hemos conversado y descubierto sobre música. Con el paso de tiempo, los minutos de conversación he ido observando como su caudal de talento, creativo y compositivo se ha hecho paulatinamente más grande . Hace pocas semanas conquistaba dos grandes ciudades de nuestro país, Madrid y Barcelona en concierto cumpliendo uno de sus sueños, y sin duda promete volver.
Para mi esta es una conversación especial. Nos vimos por primera vez en Madrid justo antes de que el covid nos parara a todos en una de las azoteas más bonitas de Madrid, la del Hotel Bastardo y a partir de ese momento supe que había encontrado a un artista con una sensibilidad especial, una capacidad de superación increíble, pero sobre todo con la habilidad de que su música encaje y haga disfrutar a cualquier público y de cualquier país.
Yo de Ruggero he escrito muchas veces sobre su sensibilidad e inteligencia musical, un don al alcance de muy pocos que le permite que cada tema sea un nuevo reto sin tener nada que ver con el anterior y que sin duda sea la esencia del siguiente.
Nos presentó «Mochocha» y «Mi una en 1M» sus dos últimos temas que nos muestran un Ruggero que compositivamente hablando transita con maestría entre la oscuridad del intimismo más puro y la luz de su mas absoluta felicidad actual. Probamos con él a que nos explicara su música y vaya si lo hizo.
Sin duda el amigo Ruggero tal como le dijimos en aquella primera entrevista se ha convertido en una realidad de éxito con un futuro más que brillante. Y ahora dejemos paso a las palabras y olvidemos o no el silencio, bienvenidos a «lacajadmusica» de Ruggero.