Corren tiempos de libertad estilística para Xoel López. Es un derecho ganado a pulso por el gallego, curtido a lo largo de una carrera que este otoño alcanza su decimoquinto álbum, cuarto en solitario. Llevará por título Si mi rayo te alcanzara y marca el comienzo de una nueva etapa, la consecuencia de un proceso de cambio que tiene más de evolución que de ruptura, pero que pone a su público ante un Xoel ávido de nuevas experiencias y liberado de ataduras creativas e interpretativas.
Su nuevo trabajo estará en preventa desde el 23 de octubre y en la calle el 27 de noviembre. Los primeros en hacer la reserva del disco pueden conseguir una edición limitada en formato CD, que incluye láminas exclusivas, o en vinilo con una alfombrilla para el tocadiscos.
Lo adelantado en los últimos meses permite comprobar su capacidad para transitar entre estilos. Es, de alguna manera, una representación del ecosistema que late en un álbum que deja atrás una suerte de trilogía espontánea —la formada por Atlántico (2012), Paramales (2015) y Sueños y pan (2017)— para abrir un nuevo sendero artístico a pecho descubierto.
Frente a la autoría exclusiva de sus anteriores trabajos, el nuevo Xoel comparte la responsabilidad creativa de sus temas con el también gallego David Quinzán. Los mandos de la producción, que venía ejerciendo en primera persona, se los encomienda a Carles Campi Campón, el hechicero de la electrónica que figura detrás de las últimas entregas de Drexler, Vetusta Morla o Natalia Lafourcade. Es además su disco más coral: todo un trabajo en equipo con los músicos de su banda. Brota en definitiva un álbum capaz de prescindir en ocasiones de las guitarras o de seguir explorando con el son latinoamericano, sin dejar de ser puro Xoel López.
Son algunas de las novedades de un artista pese a todo perfectamente identificable, gracias a ese timbre vocal distintivo y privilegiado y a su forma tan personal de afrontar las canciones.
Ahora llega el momento de empezar otra vez, nuevamente sediento de vivencias inexploradas, como la incipiente delegación creativa, la entrega de los mandos de la producción y —consecuentemente— la exploración de nuevos sonidos.
El cancionero, la creatividad, la capacidad de imaginar himnos: ese es el auténtico hilo conductor de Si mi rayo te alcanzara, el cuarto álbum en solitario de un artista voraz.