Todos lo que me conocen saben que por Abraham Mateo siento un cariño musical especial. Creo que es de los artistas que más en silencio a trabajado y más ha conseguido fortalecerse como alguien indispensable delante de un micro como detrás. Abraham como productor y creador es indiscutible.
Su intelegencia musical, su capacidad creativa para adaptar y formar ideas para grandes artistas y compartirlo con ellos haciendo un todo indisuluble son el santo y seña de un artista que se adapta a los tiempos, crea con ellos y cambia si es de menester, pero siempre con una premisa, y es su esencia, que no ha cambiado desde la primera vez que pude conversar con él y supe que dentro de él a parte de existir un terremoto creativo latía el corazón de un artista de una verdad indomable, ama y baila con la música como muy pocos saben hacerlo.
Abraham ama la música con una locura y un respeto que a pocos artistas les he visto, él hace y disfruta la música que quiere y escucha ( que palabra más importante) a todo aquel o aquella que cae en sus manos creativas, ya incuestionables.
Hace unos días, y con motivo del aniversario del emblemático Parque Warner, nos reencontramos y nos abrazamos con él, ya sin pantalla de ordenador, para hablarnos de su éxito junto a Ana Mena, y también nos adelantaba detalles del seguro futuro número 1 que ha grabado con Luis Fonsi «Bora, Bora» hace recientes fechas. Abraham es un amigo, que desde el primer minuto nos conquistó por su amor y respeto por la música.