El otro día me senté con Agoney para hablar un poco de la música, de su nuevo tema “Black”, del futuro… y sin darnos cuenta terminamos hablando de la vida, los miedos, la valentía de los que deciden plantar cara, de la autocrítica, de la sociedad… Convirtiendo así nuestra entrevista en una conversación. Una conversación sin filtros. Sin miedos. Transparente. Sincera.
En un momento de la conversación Agoney me reconoció que “la música es mi modo de hablar”. La música le da fuerza y valentía para contar cosas que a veces no se atreve a decir. Cosas que calla y guarda… Quizás por miedo. Quizás porque la sociedad a veces no admite las verdades y tampoco es tan libre como presume.
Su nueva canción “Black” es tal y como él mismo me contó un ejercicio de autocrítica. Una conversación al piano con él mismo. Es un grito al miedo. Un grito al mundo. A la sociedad. Una sociedad que demasiadas veces vive a través de las pantallas y le pone mil filtros a la vida.
Si algo me gustó de Agoney el otro día fue su generosidad. Su transparencia, confianza y sinceridad conmigo. Me gustó que me contara lo difícil que ha sido para él materializar algo tan importante como “Black”. Me gustó ver lo feliz que está por haberlo conseguido, quizás no es como él imaginó aquella noche de verano pero ha podido contarlo e impedir que se quedara guardado en un cajón como muchas otras historias.
Llevo ya unos años en este mundo de cajas y conversaciones y son varias las anécdotas que me acompañan. El otro día la luz se apagó en un momento en el que hablábamos del pasado. Apagué la cámara pero seguimos hablando… y puedo aseguraros que eso es la magia que nos (me) mantiene aquí.
“Black” es el primer tema que Agoney ha compuesto pero estoy segura de que no será el último porque en su cabeza la música aparece sin avisar para ser contada y cantada.
P.D: Nos debemos una comida tranquila.
Marta Juanola