Amigo Pablo : me quedan pocas cosas que escribirte. Me quedan insuficientes las palabras para describir tu superación, tu amor desmesurado por la música , el abrazo único de un público que ya se ha convertido en tus manos frente a un piano que es la puerta directa e incontrolada de nuestras almas.
Volvimos al punto de partida , al punto de origen de aquel trato, ese que juramos hace ya muchos años en aquella sala Shoko donde la vida seguía ardiendo entre los dedos , donde «vimos» a alguien que que haría libre a la música.
Querido Pablo dicen que en Vistalegre se escondía la música , y sonreía, jugaba, soñaba , se le iluminaba la cara mientras buscaba con su mano los peces de ciudad y le contaba a aquel gato, vestigio de fiera salvaje , que ella ya no era la princesa de nadie , sino el mundo de aquellos que se sentían libres en el camino y el fuego de aquel que no era nuestro enemigo.
Creaste un universo distinto, diferente , llenaste de luces la oscuridad , llenaste de valentía a aquellos que temblaban al sonido de la puerta de su patio , empujados de libertad aunque su alma y sus recuerdos queden arañados para siempre. Para esos que ya no son gigantes son aquellos que jamás olvidarán su mundo y el tuyo.Escribir del humilde talento de un genio maravillosamente loco es imposible, faltan palabras para pintar las luces que vistieron de esperanza Vistalegre a grito de Mama No, y yo me acordé de la sonrisa escondida y muda de una madre, que en la distancia más cercana protege cual angel mudo la sonrisa de sus hijos, que ese día cumplían otro sueño más.
Pablo lopez es conjurado de compases , bestia de las corcheas , amante de las fusas que ya nos conducen inexorablemente a los acordes en Mi que constituyen otro grito de libertad para aquellos que lo conocen y para aquellos que no. Pablo Lopez nos invitó a su locura , aquella que puso un foco en su patio «viviendo deprisa» poniéndole voz a la letra de un doloroso héroe.
Pablo lopez araña libre , quema en cada paso y roba el aire con la.sonrisa de un niño pillo que sabe que entre sus dedos esconde todo el talento de las emociones que se esconden, de las notas que vuelan en los sueños y de los pasos de todos aquellos primeros pasos de esos que aprenden a andar en libertad.
Brindo por doce mil vidas, doce mil historias y un piano, ese que alguna vez nos hizo libres.