“Un delicado equilibrio”… entre el miedo y la libertad

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Marta Juanola
Marta Juanola
CEO, redactora y fotógrafa. Entre Barcelona y Madrid hablo y escucho con lacajadmusica, escribo historias y congelo recuerdos con mi cámara.

El otro día, fue mi primera vez en el Teatro Fernán Gómez, y la obra culpable “Un delicado equilibrio”. Un montaje que me apetecía ver principalmente por el elenco que lo conforma: Alicia Borrachero, Ben Temple, Manuela Velasco, Cristina de Inza, Anna Moliner y Joan Bentallé. El texto es una obra escrita por Edward Albee que los actores Alicia Borrachero y Ben Temple han adaptado para la ocasión. La dirección va a cargo de Nelson Valente.

Lo que me encontré con esta obra lo podría definir como “teatro de antes”. No como algo negativo, sino todo lo contrario. Cada vez más, disfruto de las historias que cuentan cosas y lo importante es el texto. De los textos que hablan de temas universales que nunca pasan de moda. A veces, la forma en cómo se cuentan algunas cosas, el lenguaje, quizás nos chirría, pero la base no. Porque ¿hay algo más universal que el miedo? Y es que creo que la obra habla precisamente de eso. Del miedo.

En un mismo decorado, las luces nos guían por la historia y los personajes entran y salen de escena una vez nos han contado lo que querían contar. Hay diálogo y pausa. Hay palabra… y teatro.

Para mí, los personajes que interpretan Alicia Borrachero y Manuela Velasco creo que se complementan y empastan tan bien, porque son un poco como la cara y la cruz del mismo tema. Agnes (Alicia Borrachero) es dura, con un discurso claro, mantiene la compostura e intenta tenerlo todo en orden y controlado, pero en algún momento también se rompe y en cambio Claire (Manuela Velasco) es un torbellino que cada vez que entra en escena da aire al espectador, le permite respirar, reír… a través de un humor negro muy bien encontrado camuflado y ayudado del alcohol. Algo que permite al personaje salirse del control y de lo que “hay que hacer”, “hay que decir”. El público se siente identificado con Agnes seguramente, pero también con Claire, porque ella da aire a la verdad que suelta su hermana por la boca. De los silencios de una y las palabras de la otra. Del callar y tirar. Del hablar y parar. Las luces y sombras de una misma historia.

El texto creo que también nos habla de ese sentimiento de “volver a casa” cuando algo no va bien. De volver al refugio. A ese lugar donde sentimos que nada malo puede pasar. Allí donde no tenemos miedo. Algo que hace el personaje de Julia interpretado por Anna Moliner y que se marca muy bien con ese sentimiento de poseer una habitación. Su lugar. Su sitio. Si le quitan eso ¿qué le queda? Algo que podríamos interpretar también con su lugar en la familia. Mientras la habitación esté intacta ella tendrá su sitio pero cuando eso se tambalea… pierde el lugar en el núcleo. En la familia. Y eso da miedo. Porque todos necesitamos un lugar en el mundo. Un lugar que Harry (Joan Bentallé) y Edna (Cristina de Inza), también necesitan, buscan y reclaman… porque tienen miedo. Otra vez el miedo.

Las relaciones en general también están muy presentes en la obra, ya sea desde la familia, la pareja, las amistades… y lanza varias críticas a lo que muchas veces aguantamos simplemente por la unión de sangre o por los años, a los derechos que creemos poseer solo por el tiempo vivido, a la falta de comunicación que eternamente acompaña al ser humano y todo lo que desencadenan esos silencios, algo que al personaje de Tobías (Ben Temple) siempre se le recrimina. Un personaje que en un momento explota y empieza a soltar por la boca todo lo que quizás ha callado durante tiempo, en un discurso que se contradice cuando se da cuenta de lo que está haciendo, pero que mantiene porque algo le empuja a no callar más. Luego quizás se arrepiente y pide disculpas, algo que también solemos hacer cuando nos salimos de lo establecido. Pedir perdón por decir la verdad, no vaya a ser que alguien se haya molestado.

Otra de las cosas en las que me fije fue en la ropa. En los colores. Una misma tonalidad para la familia y para los invitados, para los amigos que aparecen con el miedo, el negro. Algo que creo no está hecho al azar, sino que todo va unido al miedo. A la noche. Unos amigos que llegan de noche, con el miedo. Como muchos miedos llegan de noche, cuando nos vamos a la cama y se van por la mañana con el sol. Como ellos.

La noche y el día.
La oscuridad y la luz.
El miedo y la libertad.
El silencio y la palabra.

Del 4 al 28 de abril.
https://www.teatrofernangomez.es/actividades/un-delicado-equilibrio

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