Ayer viajamos a Marte. Ayer viajamos a la ciudad de las estrellas, a Madrid, Barcelona, Sevilla, Londres… junto a Alfred García y su mágico 1016. Ayer descubrimos junto a él un mundo llamado MÚSICA, en el que habitan muchas historias hechas canción.
El viaje empezó recordando el pasado, recordando como empezó toda esta aventura y recordando también algunas predicciones que se han hecho realidad a base de sueños y trabajo.
Alfred consiguió una vez más atrapar a su público en su atmósfera, en su mundo particular, allí donde las luces están encendidas y él es feliz. Saltó en más de una ocasión a la platea acercándose así a sus compañeros de viaje, y también a sus fieles compañeros de vida. Sus padres. Esos padres que nos cautivaron a todos desde el minuto cero y que siguen manteniendo las mismas costumbres de entonces, acompañar a su hijo allí donde pueden y guardarlo todo en una cámara de video de las que cada vez cuesta más encontrar.
El Auditori de Girona se puso en pie en más de una ocasión demostrando así la confianza plena en ese viaje que ya lleva en ruta desde hace un tiempo. Es verdad que la emoción estuvo presente en más de una ocasión pero si tengo que quedarme con un momento me quedo con los abrazos que de pronto los allí presentes se regalaron al son de “por si te hace falta”, ese himno que Alfred regalo a sus hermanos y compañeros de aventura y que ya muchos hemos cogido como un himno a la amistad.
Sin duda ayer pudimos comprobar que viajar junto a Alfred y su tripulación es algo mágico. Una oportunidad para conocer más de cerca ese planeta/lugar que él ha soñado, luchado y creado para después regalarlo a todo aquél que decida visitarlo.
Lo único que os podemos decir es que una vez viajéis a este lugar no vais a querer regresar y si lo hacéis acabareis volviendo.