Amigo Alejandro , hace ya muchos meses , quizás demasiados, conversaba con ella , la música y hablábamos del tiempo que había pasado, de lo que en veinte años había soñado, vivido, amado , soñado y llorado .
Conmigo hacia «un trato» , llevarme a un disco, el disco donde volvería a disfrutar , a valorar cada segundo que pasa el tiempo , donde no importara el idioma, donde haría cabriolas entre notas musicales mientras la clave de sol, su persona favorita , la daba de la mano mientras cerraban los ojos y caían deslizándose entre pentagramas , «esos lugares» donde ella sabe que no tiene nada y lo tiene todo , esos lugares donde la voz se convierte en la excusa de ser una corchea del recuerdo , y una guitarra viajera con sabor a Cádiz , te canta un son añejo de ron y Cuba , con el calor de Madrid y el amanecer del Mediterráneo .
Me gusta cuando te diviertes soplando azúcar desde el bowl de #eldisco y entre nubes de algodón le cantas al retorno a casa , ese que huele al cielo del hogar , el sabor sabor de un son creado desde la modernidad y la nostalgia . Cada canción está producida con una limpieza exquisita y una sencillez abrumadora . Sin duda nos recupera al Alejandro nostálgico ese capaz de arañar el alma de la música con «El trato» o hacernos bailar al son más latino .
Nos gusta en la «caja de música» lo que hemos llamado en muchas ocasiones el «sincretismo» musical , ese capaz de revolver con magia los sabores más modernos y reguetoneros con los acordes de la guitarra española más pura , esa mezcla capaz de dibujar en nuestro rostro una señal de sorpresa al escuchar una melodía , una sonrisa al reconocer una voz y la fuerza de querer más cuando #eldisco se acabe.
Para mí Alejandro, has planteado un viaje de emociones propias y ajenas , un tren desde el que mirar a través de los ojos de la música , esa la de los grandes ojos marrones , la que nos ama sin el permiso del cielo , ella, que sus silencios son música , y sus lágrimas mudas notas musicales , sonidos humildes e infinitos … Pentagramas que duelen y sanan , abrazos que por la espalda susurran un te quiero infinito , un tatuaje rojo en las manos siempre y para siempre .
Amigo Alejandro , ¿Te hago un trato? . Uno que nos permita conversar a través de canciones , uno que nos permita a lo lejos conversar sobre la música , esa niña que un día nos cambió la vida y nos regaló una sonrisa que en cada lugar descubrimos , en el amanecer de cada mañana .
Yo mientras tanto cerraré entre abierta esta «caja de música» para guardar este #disco que ya se ha convertido en el silencio de nuestro recuerdo , en la banda sonora de nuestro vacío y en el otro lado de nuestra memoria . Sigue cantando a la vida , a las emociones , aunque nos quedemos sin aliento , sigue amando a la música con la pasión de las palabras , esas que no se escriben, las que se susurran cuando el sol viste de mañana el alma de los amantes , y arropa el cuerpo de todos los que quieren soñar.
Amigo Alejandro , ese será el trato , siempre y para siempre . Que viva ella, la música …. la de los grandes ojos marrones .