Dani Martín, un concierto «en blanco y negro» con el alma «a todo color»

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David Fraile
David Fraile
Fundador y director de lacajadmusicatv.com - Periodista , historiador del arte y devorador de libros. Coleccionista del universo Pixar.

La hoja en blanco a veces quema. Es dibujar sensaciones rebeldes entre canciones en blanco y negro pero con el alma a todo color. Dani Martín se presentaba en Alicante, como siguiente parada de su gira «Que caro es el tiempo» que le ha llevado por las principales ciudades de nuestro país y festivales de primer nivel, siempre cosechando un unánime éxito de público y crítica.

Ayer, la capital Alicantina no podía ser menos. A pesar del calor sofocante y del pequeño traspiés en la presentación inicial, la plaza de toros con su sold out incontestable rompía las manos y el corazón ante la presentación del artista madrileño (alalpardeño) en la ciudad.

Sin duda, un show tremendamente equilibrado, ciudado, con una familia de músicos a su alrededor de primerísimo nivel  pero sobre todo desprendiendo unas ganas por el disfrute propio y ajeno que ahora mismo se encuentra en contadas ocasiones encima de un escenario. El directo de Dani Martín es musicalmente impecable e incontestable, que mezcla con especial inteligencia la nostalgia, las tripas, la sonrisa, el recuerdo que se tiñe en blanco y negro, con canciones que sin duda tienen el alma a todo color.

Sin embargo, hay reflexiones que de conciertos como el de anoche, sí me parecen interesantes de reflejar. Dani Martín comentaba entre canciones que de pequeño le motivaba encontrar en la música esa entraña y esa rabia que le daban «Los Ronaldos», esa música que te motive y te diga y te mueva cosas y ayer volvió que eso para él no ha cambiado.

Hablemos del diseño del set list. A pesar de echar de menos algunos de sus «grandes clásicos» en directo el concierto te lleva en una «montaña rusa» donde predomina el «hype» emocional de su «reconciliación con las canciones» que dieron forma una banda ya para la historia. Mezcla con especial cuidado esos himnos con temas que han dado forma e indentidad al sello Dani Martín a nivel individual.

Me quedaré con tres aspectos que me llamaron la atención musicalmente hablando:

El primero de todos es la desconcertante y brillante nueva visión de «Peter Pan» en directo. Una canción con una sonoridad tremendamente definida en nuestra memoria tuvo la virtud de sacarme de mi contexto armónico y llevarme a la experimentación más importante al preguntarme ¿porqué?. Y lo entendí. Entiendo que hay canciones que cuando se vuelven a mirar los ojos, cuando se las vuelve a besar en los «portales» de diferentes escenarios saben muy distintas y esta es una de ellas.

En esencia la misma, pero su desconstrucción y rearme me parece una apuesta brillante, poco habital y rebosante de virtuosismo emocional y musical. La canción es la misma, si, el mensaje, el mismo, también, pero el sabor en boca (como el buen vino) de la canción es completamente diferente.

Es decir, nuestra memoria de ECDL de ayer, se convirtió en el sonido de hoy que reconocemos en Dani Martín posterior a esa gloriosa etapa.

El segundo concepto a destacar, o quizás la parte también más sorprendente es elegir «La mentira» y «Los huesos» de manera seguida durante el show al que lleva a su punto más álgido. Esa bonita manera de coquetear con la parte «Manu Chao» de Dani Martín engrasa de manera lógica, brillante y directa toda la columna vertebral de la presentación de ayer noche en Alicante.

Mención a parte para Cris Méndez que tomando los mandos de la parte de Juanes en «Los huesos» nos vuelve a dejar lo mejor de ella. Hace años que disfrutamos de su talento, en primera o en segunda linea del escenario, pero su voz, su actitud, su mirada, su ángel encima del escenario de «Que caro es el tiempo» se hace tremendamente imprescindible.

Parte imprescindible y culpable del sonido del genio madrileño la tienen las manos de tercipelo del gigante de Iñaki García, para mi es uno de los grandes genios músicales de nuestro tiempo cuya versatilidad, sensiblidad musical y gusto están más que de desobra contrastados. Iñaki que también ha emprendido un bello proyecto musical propio disfruta, sueña y escucha, es de ese tipo de mentes que auna la inteligencia musical con el virtusismo emocional y eso créanme está al alcance de muy pocos.

Paco Salazar y Roberto Lavella son dos titanes a los mandos de sus guitarras. De Paco podríamos tener horas y horas de descripción musical sobre su trabajo y su talento, pero de Roberto Lavella es un músico más que brillante. Carlos y Miguel (lo de su talento a la batería daría para horas de conversación) completan un equipo músical de disfrute único, y de hambre extrema por disfrutar cada noche.

El tercer aspecto a destacar sois vosotros, el público. Ese «contigo» perpetuo que ayer aunó generaciones y memorias musicales distintas. Cuando disfruto de este tipo de conciertos, abogo mucho por la observación. Para los que conozcais la plaza de toros de Alicante estaba situado en la segunda planta del reciento que me permitía tener una visión global del público.

Justo a mi lado, en las filas aledañas ( y no era Márgaret la de lo bizcochos -quien estuviera anoche sabrá a lo que me refiero-) me fijé especialmente en una familia de cuatro miembros, todos perfectamente equipados con sus camisetas y su pasión a pleno pulmón.

Cuatro generaciones que ayer disfrutaron de una sola emoción, la música, el talento de un artista que ha sabido sobrevivir a su éxito, convivir con sus propias imperfecciones pero que en el fondo sabe que el legado son las canciones que desde ya ha sabido llevarlas a su voz de hoy y quien sabe si a las emociones de mañana.

Creo que Dani Martín se encuentra en su «prime» creativo, lo presentado ayer nos llena y nos evoca y nos provoca, pero como músico a parte de periodista que también soy le pido más, le pido conocerlo más allá de estas canciones que sustenta nuestro armazón musical de nuestra memoria, me gusta cuando se arriesga y disfruta haciéndolo, me gusta verlo curar las heridas a través de momentos de soledad a través del sonido del silencio de su guitarra y sonrío al verlo tocarse el corazón cuando la música, ella, la mía se escondía una noche de más detrás de una cámara de fotos.

Ella volvía a dibujar con su mano ese «Cero», la firma de su corazón al mío mientras sonreía por que «todo vuelve a empezar».

Todavía tenéis la oportunidad de disfrutarlo en diferentes ciudades y escenarios, y si tenéis la ocasión de desgustarlo, hacerlo, a mi se me quedó el sabor en boca de un vino cuya base es la vida y la libertad.

Larga vida a la música, larga vida a Dani Martín.

DANI MARTIN - Que Caro es el Tiempo - Alicante por Cris Sánchez
Dani Martín - Gira Qué Caro es el Tiempo ALICANTE
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