La confluencia artística de Marwan con Rozalén solo podía ser afortunada. Ambos cantan a dúo una nueva versión de Conviene saber, el tema incluido en el último trabajo del poeta y cantautor madrileño, Mis paisajes interiores, y el resultado es todavía más burbujeante que en su versión original. La canción estará disponible desde el 2 de noviembre.
Antes de exhibirse con Paisajes interiores, el boca a boca ya había convertido a Marwan en uno de los cantautores más reconocidos del circuito de salas de España, con llenos en todas las ciudades y números espectaculares también en algunas ciudades de Latinoamérica. Es una trayectoria no muy distinta de la de Rozalén, que se ganó a un público consolidado antes de lograr el aplauso general. Pero lo que une a ambos artistas por encima de cualquier otra característica es un talento y una sensibilidad muy especiales, que rezuman a raudales en esta revisión de Conviene saber.
Marwan es un artista sometido al embrujo que le provocaron en su infancia los discos de Serrat, Silvio Rodríguez y Sabina y, poco después, cantautores de la generación de los 90 como Ismael Serrano o Carlos Chaouen. El abanico se abrió más tarde a Jorge Drexler, Calamaro o Iván Ferreiro, para convertirlo en el músico permeable a las influencias más variadas que es en la actualidad.
Tras debutar en 2004 con Los hijos de las piedras, Marwan publicó después álbumes como Trapecista (2008), Las cosas que no pude responder (2011) y Apuntes sobre mi paso por el invierno (2014), su último trabajo antes de fichar por Sony Music y lanzar Mis paisajes interiores en 2017.
Como escritor destaca por su libro de poemas La triste historia de tu cuerpo sobre el mío (2011), con el que alcanzó los primeros puestos en las listas de ventas del país, y por Todos mis futuros son contigo, publicado por Planeta, con los que ha conseguido ventas superiores a los 100.000 ejemplares.
Hijo de palestino y española y nacido en el barrio de Aluche en 1979, Marwan Abu-Tahoun Recio fue nombrado Músico por la Paz por Federico Mayor Zaragoza en el Parlamento Europeo. Pero sobre todo es un fenómeno de los escenarios, curtido en salas de tamaño medio tanto de España como de Latinoamérica, y ya en los últimos tiempos también en los grandes espacios.