Vanesa Martín ha presentado esta semana #CasaMía un nuevo disco muy esperado por lo anticipado ( es la primera vez que se presentaron previamente 4 singles) y por las palabras de la artista que advertían que era una obra que la había obligado (de buen grado) a salir de su zona de confort.
Es muy difícil que una artista con una identidad musical tan definida, con una sensibilidad y emocionabilidad tan directa se salga de lo previsible, de lo que nuestra memoria musical pide y necesita, pues Vanesa Martín con este disco lo ha conseguido. Un disco creado, en palabras de la propia artista, prolífico en canciones ha salido de la vuelta a la esencia de sus sonidos, a lo mas profundo de su memoria, un ejercicio de lejanía de lo que se necesita a lo que se tiene, o simplemente de lo que se disfruta.
Vanesa Martín y Casta ( Luis Miguel Gómez Castaño) han creado un viaje melódico , de sensaciones encontradas y complementarias donde la música y la producción dan una luz inusitada y diferente al talento majestuoso de la artista malagueña. Un disco creado para el disfrute sensorial donde los sonidos te atrapan tanto como las letras, te invitan a abrazar, a bailar, a llorar y a sonreír, un disco completo, sin prisa y pleno.
Sin duda un disco creado para el disfrute de sentir y sin la necesidad de gustar, un disco diseñado en 12 botones de libertad, creatividad que desnuda la belleza de una mirada intima que ha tenido la necesidad de abrazarse y en ese abrazo llegar a millones de almas. Doce pinceladas de una intención clara y es la emoción de la búsqueda de la libertad que siempre Vanesa ha llevado por bandera, sentir el riesgo de experimentar sin perder la identidad, de escuchar en su silencio nuevos sonidos mientras los del pasado la sonríen para siempre.
Vanesa se divierte y nota, sonríe plena y abraza sus heridas y emociones con una musicalidad distinta, ha logrado que su #CasaMía se convierta sin duda en un universo nuestro, mientras hay música de sobra, esa intimidad rodeada de lobos, esos besos y descuidos con sabor a Borgoña, objetos perdidos del alma que al final nos descosen siempre por dentro. Vanesa ha disfrutado el proceso, a amado cada instante y ahora nos queda irnos todos de concierto. Bienvenida de nuevo amiga.
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GALERÍA FOTOGRÁFICA:
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