Andrés Suárez reapareció este jueves en Madrid, su “casa”, sobre el escenario del Teatro Circo Price para hacer olvidar por un instante todo lo que ocurría de puertas para afuera. Mientras el caos intenta apoderarse del mundo, la música del cantautor ha vuelto a sonar muy alto con un público que tenía ganas de rock&roll, y Andrés se lo dio.
El gallego presentaba su octavo disco. Un trabajo con título homónimo, ‘Andrés Suárez’, que vio la luz durante la pandemia y que la misma no le había dado tregua para mostrarlo al público en condiciones, con su bandón. Y por fin había llegado el momento de reunirse de nuevo, en medio de cientos de medidas de seguridad, eso sí, pero no hay distancia que separe el corazón que sobre el escenario los unía a todos.
Esas ansias de volver a abrazarse y a sentirse cerca se volcaron en un Price que recibió a Andrés Suarez con el corazón en un puño, estallando desde el primer acorde. La luz del gallego volvió a iluminar Madrid, que se emocionó con esa voz tan entera y a la vez tan rota que muestra el artista en cada uno de sus temas.
Gritos liberadores. De rabia. Y no uno, ni dos, ni tres. Tras cada canción venía un rugido que sonaba a haber estado callado durante muchos meses. Ha sido tiempo de soledad, de incertidumbre, de no saber lo que iba a suceder mañana. Pero en ese mañana siempre ha habido sueños, y uno de los más latentes era volver a sentir la música y, sobre todo, la música en directo.
Con un repertorio prácticamente inédito hasta la fecha, dio comienzo el concierto. Sonó el nuevo disco en su totalidad: ‘No diré’, ‘Si la veis’, ‘El cantante’, ‘Calella’, la emocionante ‘Todavía puedo oírte’… y entre canción y canción no olvidó recordar que si él estaba a ese escenario subido era gracias a la responsabilidad del público y de los encargados de las salas, teatros, recintos, que hacen de esos espacios lugares seguros para disfrutar de la cultura.
También tocó ‘Pienso en ti’, un tema nuevo compuesto durante el confinamiento y que dedicó a todas esas personas que pasaron meses sin poder reunirse con los suyos.
Y en una noche de nuevas primeras veces, llegaban las colaboraciones. Subieron al escenario para acompañar a Andrés Rayden, que rapeó unos versos durante la canción de ‘Vuelve’, y Elvira Sastre, quien puso patas arriba el Price con su poesía acompañada por la música del bandón de fondo.
Y sí, como decía al principio, hubo mucho rock&roll.
El público, poco tímido, enseguida se levantó de sus asientos para cantar y bailar lo que la distancia de seguridad le permitía. El concierto cerró con tres canciones que mantuvieron esa fiesta contenida, pero intensa: ‘Nina’, ‘El corazón me arde’ y ‘Despiértame’, que hizo que el público pidiera a Andrés quedarse hasta las seis de la mañana -una vez termina el toque de queda- tocando más y más canciones. Y es que vamos a tardar mucho en recuperar el tiempo perdido. Por eso necesitamos más música en directo.
Fotos y Texto : María Villanueva
