Carol Rovira y Anthony Ocaña estrenan «Verde, amarillo, azul»: «Un ejercicio de buen gusto, talento y distinción»

Reconozco que admiro el talento. Asumo que hay sensibilidades que se construyen a través de pequeñas piezas de puzzle que crean la imagen de la calidad y de la cualidad en el silencio de una sonrisa o en la forma tan especial de contar y cantar canciones como lo tiene en este caso Carol Rovira y Anthony Ocaña.

Ya tenéis la canción entre vosotros. Sin duda es una melodía signo de un gran paladar musical, sugerente y hasta cierto punto adictiva. Sin duda gran «intencionalidad» al dejarnos con una canción casi en forma de estribillo, un sabor a mi entender marcadamente francés que evoca grandes éxitos por ejemplo de Zaz aunque también bebe de la influencia de artistas como Bob Marley, John Lennon, Natalia Lafourcade, Silvana Estrada o Vicente García y de temas como “D’yer Mak’er” de Led Zeppelin o “The tide is high” de Blondie.

Sin duda un single distinto y distintivo que rompe y complementan a «Como ninguna» y «El reino de los cielos». Armonías diferentes que conservan el dibujo intimista de las letras de sus canciones.

Poco a poco la genial actriz va encontrando el hueco musical justo, con grandes propuestas, inteligentes cartas de presentación ante una identidad musical que la hace distinta, única y sin duda necesaria.

Ya nos morimos de ganas de que nos visite de nuevo para hablarnos esta vez de la vida vestida de una clave de sol indeleble. Es de esos días que me gustan, por que la música hoy sonríe a través de la luz del talento de Carol Rovira y Anthony Ocaña.

Verde Amarillo Azul está inspirado en los ritmos del reggae, en la música andina y caribeña. Rinde homenaje a la región donde Carol creció, el Delta del Ebro. Su título hace referencia al ciclo de transformación que experimentan los campos de arroz que tanto caracterizan esta reserva natural. Es un canto al amor hacia la vida, la naturaleza y el bienestar de volver a casa, de volver a la tierra de origen para abrazar de nuevo su entorno y su ecosistema, reencontrándose así con la esencia, con la raíz.

Este proyecto empezó a raíz del confinamiento cuando Carol Rovira se animó a escribir sus primeras canciones Almas Viejas y Como Ninguna, inspiradas en los personajes de la exitosa serie #Luimelia, en la que es protagonista.

Borja Glez. Santaolalla, el director de la serie, decidió incluir esos dos temas como parte del soundtrack del spin off y fue a partir de ahí que Carol decide unirse con Anthony Ocaña para seguir haciendo más música juntos.