Llegué al encuentro con Maria Parrado pensando en lo que me iba a encontrar. Todas las referencias que tenia de ella eran positivas y hablar con alguien así siempre es interesante.
Nada más empezar Maria se definió como alguien tímido, que no le gusta llamar la atención y con muchos miedos, confesando así que la música y el escenario la habían ayudado a romper y superar muchas de esas barreras. La libertad y la magia de la música.
En plena promoción de su nuevo single “No creo en nada” que ha sacado junto a Luis Cepeda necesitaba preguntarle en que cree ella. Y me gustó su respuesta. Me gustó que me dijera que sigue creyendo en las buenas personas. En los buenos amigos. En la familia. Algo muy importante para ella para seguir recordando de donde viene y quien es porque ellos son los que realmente la conocen de verdad.
Reconoce que a veces todo va demasiado rápido pero asegura estar disfrutando de todo lo que le esta pasando, que no es poco. Asegura que no se imagina haciendo otra cosa que no sea música y afirma que su gente, su publico, su segunda familia son los que le dan alas para seguir en este mundo a veces un poco loco.
Con su disco “Alas” lo único que quiere es que la gente que decida sentarse a escucharlo se olvide por unos instantes de los problemas, rutinas… que muchas veces nos da la vida.
Me confesó que a veces no es del todo consciente del buen trabajo que hace. Le cuesta creer o decirse que lo que hace está bien. Quizás por auto exigencia o porque no estamos demasiado acostumbrados a decirnos a nosotros mismos lo bien que hacemos algo.
Una vez Serrat le dijo que nunca dejara de ser una niña. Y nosotros queremos decirle que nunca deje de soñar de este modo tan inocente. Que no deje de vivir así porque la inocencia en la mirada, ese brillo en los ojos, esa sonrisa que ocupa su cara es una de las mejores maneras de vivir, sentir y CRECER.
Marta Juanola
