Hoy vuelvo a sentarme frente una hoja en blanco para hablar de un concierto. Esta vez se trata de Nil Moliner y su locura. Empiezo a escribir estas líneas y no puedo dejar de pensar en la primera vez que hablé con él. Fue en su estudio, un estudio que tenía montado en la planta baja de un pequeño piso y en el que empezaba a soñar sin creerse muy bien todo lo que se estaba liando a su alrededor. Recuerdo hablar con él y verle sonreír en todo momento como un niño feliz.
Nil dice que necesita el escenario para vivir, que la música es poderosa y no es dinero ni fama sino una manera de vivir… y es que Nil se crece y se hace grande por momentos cuando sale al escenario, y da igual si el escenario es en el Wizink, en el Palau, en las fiestas de algún pueblo o en esas salas, que valga la redundancia, le han visto crecer.
Hoy los allí presentes hemos visto como alguien cumplía un sueño. Uno más de los que ya lleva en la mochila y como muchos sueños a veces viene cargado de promesas y una de ellas era cantar sin micro frente a su público esa canción que tantas veces habréis coreado, ese “Soldadito de Hierro” que hoy ha sido magia.
Creo por muchas razones que Nil es un ser libre. Alguien que vuela continuamente de una manera natural y con “Ocells” hoy lo ha demostrado de nuevo. Perdonad, pero la catalana que escribe estas letras se ha emocionado hoy al escuchar resonar el catalán en el Wizink para recordar que como bien ha dicho él, la lengua no se politiza porque la música va mucho más allá.
Esta noche no ha faltado el fuego, las risas, el baile, el piano, los reencuentros, los sueños, la vida, el esfuerzo, el trabajo de todo un equipo, las canciones, la fiesta, la locura, la libertad… la MÚSICA.
Hoy, Nil, ha llenado el Wizink Center de Madrid, el Palacio de los Deportes para los nostálgicos, de su particular LOCURA, una locura a la que yo llamaré LIBERTAD pero… también os digo que quizás todo es lo mismo ya que… ¿Hay alguna LOCURA más LIBRE que la MÚSICA?.
