Ayer empecé el año junto a India Martínez y su “Palmeras Tour” que ya rueda por nuestro país.
Podría deciros que el show tuvo dos partes en las que pudimos ver a una India guerrera devorando el escenario y una India más íntima y nostálgica acompañada de ritmos y percusión más «aflamencada». Más de raíz. De origen. De esencia… y es que India Martínez en este nuevo trabajo ha reconocido en más de una ocasión lo mucho que se ha abierto y lo mucho que ha contado de ella misma camuflado en canciones. A veces cantarlo es más fácil que hablarlo.
Fue un concierto en el que pudimos caminar por varias de sus ya icónicas canciones y también por muchas de las canciones de su nuevo disco como “La Gitana”, “Pose Natural”, “A mí no me hables”… y esas “Palmeras” con las que aprovechamos para remarcar lo importante que es recordar el lugar de dónde venimos para así saber quiénes somos y a dónde vamos.
Sin duda, la noche estuvo cargada de emoción, verdad, sentimiento, nostalgia, historias pasadas y otras nuevas… y también llena de sorpresas ya que a mitad del concierto India le lanzó una señal a una chica del público. Ella se sentó a su lado al borde del escenario y para sorpresa de todos las dos se arrancaron a cantar. La identidad de la joven la desveló la propia India al terminar, se trataba de Ángeles Arboleda de la que muchos estoy segura habéis oído hablar. India aseguró que aquel momento había sido totalmente improvisado ya que casualmente se dio cuenta de que Ángeles estaba entre el público mientras ella pisaba el escenario. Una muestra más de lo mucho que puede llegar a unir la música.
No era la primera vez que podía disfrutar de la música de India, pero os aseguro que el concierto de ayer lo disfrute y lo viví como si de una primera vez se tratara. Quizás me atrevería a decir que ha sido una de las veces en que más la he disfrutado. Ayer me encontré con una India transparente, vital, nostálgica, íntima, guerrera, honesta… como bien nos tiene acostumbrados pero en el brillo de sus ojos había algo diferente. Un brillo como si para ella algo nuevo también estuviese empezando. Quizás será verdad que este disco la ha ayudado y liberado y estamos frente a una India dispuesta a cantar fuerte su verdad sin miedo y sin olvidar cómo empezó toda esta aventura musical… hace ya un tiempo.
Querida India, permíteme un pequeño juego de palabras en el cual te pido que «A mí no me hables» si no quieres pero cántame siempre. Háblame las veces que quieras de tus «Palmeras», eso si, hazlo durante más de «90 minutos» cerca de un piano o sentada en un cajón mientras nos damos cuenta de que «Todo no es casualidad» y así «Convénceme» de que «La Gitana» sigue con ese «Corazón hambriento» de MÚSICA como la primera vez.
Marta Juanola
