Hace unos días conversaba con el amigo Abraham Mateo en el aniversario de un Parque de atracciones muy conocido de la comunidad de Madrid y tuve la sensación como todas las veces que converso con él, que es de esos artesanos musicales adelantados a su tiempo, a su momento y con un paladar creativo y de producción completamente diferente.
Tras esa entrevista recordaba aquella primera conversación y concierto que pude disfrutarle ( y ya son muchos años haciéndolo) donde en Leganes un chaval pequeñito con una voz prodigiosa levantaba el ánimo de un recinto ferial hasta la bandera donde aún se le recuerda aquel concierto.
Abraham es mucho más allá de una maquina insondable de hacer números 1 delante y detrás de un micro. Es de esos pocos artistas y hoy lo ha demostrado, que encima de un escenario siempre es un 1000 x 1000 de energía, de vibra y de pulcritud musical, que para mi eso incuestionable para un gran artista y su directo.
Hoy ha tenido la valentía de volver a reencontrase con ese Madrid que lo ha visto triunfar en el escenario del MADO 2022 donde ha recorrido una parte de sus números 1 de manera absolutamente brillante.
De Abraham admiro la capacidad y le generosidad de compartir canciones con muchísimo critero además de crear temas que en si mismos ya podían ser números 1, pero tiene ese añadido de tener la inteligencia para poder leer, sintentizar y hacer suya la narrativa musical de quien o con quien va a compartir una canción.
Abraham además de eso, ha aprendido a estar delante y detrás de un micro, tiene esa magia de cambiar las canciones con algo tan complejo como es la producción, Abraham escucha ese complejo silencio de sus canciones y de las canciones para sentir lo que late dentro de ellas de manera descontrolada y saber intrepretarlo, traducirlo y llevarlo a un incontestable número 1.
A pesar del tiempo que ha pasado desde aquella primera vez la esencia de Abraham Mateo no ha cambiado, dentro de él a parte de existir un terremoto creativo late el corazón de un artista de una verdad indomable, ama y baila con la música como muy pocos saben hacerlo.
Abraham ama la música con una locura y un respeto que a pocos artistas les he visto, él hace y disfruta la música que quiere y escucha ( que palabra más importante) a todo aquel o aquella que cae en sus manos creativas, ya incuestionables.
Abraham fue una «caja d música» desde el primer día y ayer volvimos a disfrutarlo.
 donde en Leganes un chaval pequeñito con una voz prodigiosa levantaba el ánimo de un recinto ferial hasta la bandera donde aún se le recuerda aquel concierto.Abraham es mucho más allá de una maquina insondable de hacer números 1 delante y detrás de un micro. Es de esos pocos artistas y hoy lo ha demostrado, que encima de un escenario siempre es un 1000 x 1000 de energía, de vibra y de pulcritud musical, que para mi eso incuestionable para un gran artista y su directo. Hoy a tenido la valentía de volver a reencontrase con ese Madrid que lo ha visto triunfar en el escenario del MADO 2022 donde ha recorrido una parte de sus numeros 1 de manera absolutamente brillante.De Abraham admiro la capacidad y le generosidad de compartir canciones con muchísimo critero además de crear temas que en si mismos ya podían ser números 1, pero tiene ese añadido de tener la inteligencia para poder leer, sintentizar y hacer suya la narrativa musical de quien o con quien va a compartir una canción. Abraham además de eso, ha aprendido a estar delante y detrás de un micro, tiene esa magia de cambiar las canciones con algo tan complejo como es la producción, Abraham escucha ese complejo silencio de sus canciones y de las canciones para sentir lo que late dentro de ellas de manera descontrolada y saber intrepretarlo, traducirlo y llevarlo a un incontestable número 1.){kind=link}