La esperada gira “Likes y cicatrices” que da nombre al último álbum de Melendi llegó a Madrid con todas las entradas agotadas.
Ya desde bien entrada la tarde su legión de guerreros y guerreras llegados de diferentes puntos de España esperaban en las infinitas colas en las inmediaciones del Wizink Center. Hacía tiempo que no se veía nada igual. Dos años han pasado ya desde la última vez que Melendi se subió a ese escenario.
Con una puntualidad británica el concierto empezó a las 10 de la noche y un público entregado desde el minuto uno. Melendi quiso agradecer a todos aquellos que habían decidido pasar 2 horas de su vida junto a él. “Tenía muchas ganas de volver a tocar en Madrid” comentó el artista nada más empezar. El público coreaba “MELENDI, MELENDI, MELENDI”. No paraban de lanzarle piropos desde el público.
Los conciertos de Melendi son un boomerang de emociones, un viaje al pasado con temas que tanto nos han acompañado en momentos importantes de nuestras vidas. Su música es pasada y presente, son emociones vividas en forma de canción. Un repaso por toda su trayectoria musical donde no faltaron grandes temas como: “Tocado y hundido”, “Un violinista en tu tejado”, “Canción de amor caducada” o “Desde que estamos juntos”, entre otras. 2 horas intensas de música y felicidad.
También tuvo tiempo para hablar de la pandemia: “Yo no sé lo que habréis sacado de la pandemia, yo cada vez que escucho eso pienso, yo no se de dónde habrá venido este chico”.
Entre canción y canción, a Melendi le gusta mucho hablar, pero sobre todo de sus vivencias. O sea sus conciertos son algo así como ir al psicólogo, te hace reflexionar sobre la vida y acabas sacando conclusiones.
Las baladas crearon un clímax increíble en el Wizink Center de Madrid donde en una ocasión pude presenciar una pedida de mano durante la canción “Destino o casualidad” en medio de la pista, cosas que pasan en los grandes conciertos.
En varias ocasiones Melendi tuvo que parar el concierto por personas que en la zona de pista necesitaban asistencia, un artista que mira por sus fans.
Pudimos ver a un Melendi emocionado al que se le caían las lagrimas cuando interpretó “Sin remitente”.
Cerró el concierto con “Lágrimas desordenadas”, uno de sus grandes temas donde todo el Wizink Center se vino arriba y bailó hasta el último segundo de la canción sin parar.
Un público entregado al máximo y un Melendi que conectó con su público desde el minuto uno. No nos cabe la menor duda que es uno de los grandes artistas del pop en Español.
De Madrid al cielo. ¡Puxa Asturies!
