Rozalén abraza Cap Roig

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Marta Juanola
Marta Juanola
CEO, redactora y fotógrafa. Entre Barcelona y Madrid hablo y escucho con lacajadmusica, escribo historias y congelo recuerdos con mi cámara.

La otra noche Rozalén regresó al mágico escenario del Festival de Cap Roig con su eterno abrazo y nosotrxs como si de una tradición de verano se tratara, no nos lo perdimos.

María abrió el concierto con tres temas del nuevo disco antes de hablar por primera vez con el público y recordarles que Cataluña abraza desde hace tiempo a gente de su familia, y a modo de anécdota recuordó cuando sus primas catalanas iban al pueblo con un Cacaolat bajo el brazo. En ese momento, creo que ya se ganó a gran parte del público, o al menos, a los más nostálgicos o a los que también nos escapamos al pueblo en verano a ver a la familia.

El concierto siguió y después de recordar algunos temas de otros discos María explicó de manera resumida lo que cuenta su nuevo disco. Un disco que habla sobre lo que ha vivido en los últimos cuatro años y que a su vez cura. Un disco lleno de nostalgia, muerte, amistad, raíz, futuro… y así avisó a los presentes de que durante el concierto habría “momentos de sofocón” pero también “de fiestón” ya que uno de sus objetivos era que la gente se vaciara para volver a llenarse. Y así fue.

La emoción asomó la cabeza para hablar de los que se van en paz, de los cuidadores, de las manos que agarran en una despedida, de lo sano de saber decir adiós. La nostalgia también estuvo presente en ese bloque para hablar de esos deseos de volver a los lugares de la infancia y aunque quizás ya nada es lo mismo, el volver te da la oportunidad de crear recuerdos nuevos, que como bien dijo ella, para en un futuro poder recordar el presente. Y es que la vida se trata de eso. Aguantó bien la emoción, a diferencia de varia gente del público que decidió no controlar sus lágrimas y las dejó salir libremente, porque no hay nada más sanador que eso. La voz se rasgó con “Todo lo que amaste”, una de las canciones más especiales del nuevo disco y de su carrera, una canción que ya en la entrevista que tuvimos con ella nos la definió como “la canción insoportable”, porque duele, pero también cura.

Para sorpresa de todos, otro momentazo de la noche fue cuando María se lanzó a cantar en catalán “Amor del Bo” de su amiga y compañera Sílvia Pérez Cruz. Una canción que cantan juntas en “Matriz” pero que como bien reconoció María, cantarla en la tierra de Sílvia era una responsabilidad pero algo que tenía que hacer. Además, aprovechó para recordar que las lenguas son riqueza pura, algo que fue correspondido con una gran ovación por parte del público.

Otro de los momentos de la noche fue cuando le llegó el turno a su Albacete. A su tierra. Su ciudad. La que pasea orgullosa por el mundo y que a partir de ahora es ya la capital del país… según ella claro. Entre risas cantó su canción “Es Albacete” y presentó a su banda seguidamente. La de toda la vida. Su familia en el escenario. Con los que ha crecido a todos los niveles. Qué bonito tiene que ser sentirte en casa siempre ¿no? Sobre todo en estos mundos en los que a veces todo va demasiado rápido y «casa» está lejos.

La parte final del concierto podríamos decir que la vivimos de pie, la gente se levantó con “Vivir” y ya no se sentó. Empezaron los bailes. Las risas. La complicidad con los de al lado y la fiesta. Imagino que esa es la parte en la que la gente vuelve a llenarse y va siendo consciente del viaje que acaban de vivir de la mano de Rozalén y sus abrazos en forma de canción.

Hablando de abrazos, todos conocemos a María y sabemos de su generosidad y aunque la oscuridad de la noche hizo que algunos no fueran del todo conscientes de uno de su gestos finales, debo contaros que a su vuelta después de ese final que nunca es un final, María regresó al escenario con un pañuelo palestino que anudó a su pie de micro. Un gesto. Un detalle que grita y recuerda la horrible realidad que el pueblo Palestino vive desde hace demasiado tiempo. Porque las guerras, estén donde estén siempre duran demasiado tiempo. Así que, desde aquí me permito pedir que no normalicemos lo que está ocurriendo y matemos con el silencio.

Son ya varias las veces que hemos podido disfrutar de los directos de Rozalén, y creo que una de sus mejores cosas es que nunca es igual. Lo único que se mantiene intacto es su esencia, una esencia que sigue brillando en sus ojos con fuerza, en un lunar que ni la tela puede esconder y que abraza la música del mismo modo que abraza sus raíces. Recordar de dónde venimos para saber a dónde vamos, que dice el maestro Drexler… Quizás este es también su secreto.

Rozalén - EL ABRAZO Tour (Cap Roig 2024) por Marta Juanola
Rozalén - Festival Cap Roig 2024
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