Silvia Intxaurrondo: «Este libro es implacable con la violencia machista»

Hace unas semanas fue Sant Jordi. Catalunya entera se viste de libros y rosas, una celebración que cada vez se extiende más por todo el país. Es una jornada especial, en la que todo se detiene: salimos a la calle a pasear, nos reencontramos con gente, los autores firman sus obras y el ambiente se llena de buen humor. Algo que, en los tiempos que corren, nos viene fenomenal. Permítanme decir que es uno de los días más bonitos del año. Al menos así lo sentimos quienes hemos nacido y crecido celebrando el 23 de abril por todo lo alto.

Este año pude escaparme de nuevo a mi tierra para disfrutarlo, y además tuve el regalo de conversar con Silvia Intxaurrondo al día siguiente. Silvia acaba de publicar su primera novela, «Solas en el silencio», y ya ha vivido su primer Sant Jordi como autora. Como ella misma nos contó: “Estoy muy contenta, muy emocionada y probablemente en mi momento más dulce.”

Ha debutado en el mundo literario con una historia cargada de silencios, secretos, miedos, culpas, lluvia, decisiones… pero también de amor. Ese amor que, de alguna forma, sostiene a varios de los personajes y en algún momento nos regala algo de esperanza. Quiso dejar claro desde el principio su postura firme contra la violencia machista: “Este libro tiene la virtud de ser implacable con la violencia machista. Nadie que lo lea puede defenderla, o justificar el silencio, o pensar que no hay que actuar contra ella. Es implacable porque pone rostro, vida y sentimientos a las mujeres que la padecen y señala a quienes callan.”

El personaje de Basilia, uno de los más relevantes de la novela, y que provocó en Silvia una emoción especial en sus ojos, es fundamental para entender la filosofía del libro. Silvia reconoce que le debe el libro a este personaje, quien sirve para recordarnos que no debemos juzgar a las personas por su apariencia exterior, porque lo que viven en su casa puede ser completamente diferente. “Basilia es a quien le debo el libro y viene a recordarnos que la apariencia exterior no debe apartar la mirada de lo que vive esa mujer en su casa.” Al final, le lanzó una pregunta al aire, con la supuesta respuesta incluida.

La novela también actúa como un llamamiento a la reflexión personal sobre nuestras vidas, las convenciones sociales y hasta dónde debemos permitir que otros dicten nuestras decisiones. Silvia reflexiona: “¿Qué queremos hacer? ¿Dónde están las convenciones sociales? ¿Hasta qué punto tenemos que seguir pensando en el qué dirán, sabiendo que hay una vida solo y que o la vivimos como cada uno quiera o no habrá otra oportunidad.”

Además, habla de la libertad como un concepto que está en nuestras manos: “Tengo la sensación de que somos menos libres de lo que desearíamos. Somos tan libres como libres queramos ser.”

Durante nuestra charla, también hablamos de cómo la empatía se forja en la capacidad de escuchar al otro. “Ni hablamos lo suficiente de lo nuestro ni escuchamos lo suficiente al otro”, señala, y nos invita a cambiar este panorama: “La conversación es enriquecedora. Hemos dejado de hablar de lo nuestro y hemos dejado de escucharnos y si nos dejamos de escuchar no tendremos empatía.”

Finalmente, Silvia nos compartió que hay cierto interés por llevar «Solas en el silencio» a otros medios. “Hay inquietud por hacer que esta historia tenga un relato audiovisual y un relato en el teatro”, lo que refleja el poder de su narrativa para trascender el papel y llegar a más personas.

Poder compartir este rato con Silvia fue un lujo. Una charla sin miedo ni filtros, en la que abordamos muchos temas con franqueza. Una conversación que confirma, una vez más, su compromiso con no callar y con seguir denunciando públicamente. La segunda novela ya está en marcha. Mientras tanto, os dejamos aquí este intercambio cargado de verdad y sensibilidad.