Es fácil escuchar a Leticia Dolera, Celia Freijeiro, Aixa Villagrán, Manuel Burque y Enric Auquer. Hablar con ellos y entrevistarles se convierte en un ejercicio muy natural y sincero. Tanto como lo que Dolera y Burque han escrito para los ocho capítulos de Vida Perfecta, la nueva serie de Movistar+ en coproducción con Corte y Confección de películas. Una ficción no apta para “enfadaditos” y totalmente contraria a la peor enfermedad del siglo XXI, el postureo.
Las tramas de Vida Perfecta hablan de sexo, infidelidad, discapacidad, pero sobre todo de crisis existenciales y situaciones que no podemos prever en la vida cuando nos dejamos llevar y hacemos caso a nuestro corazón. Porque justo ahí es donde Leticia Dolera quiere hacer hincapié con su serie, en aquellos comportamientos humanos basados en prejuicios, aspiraciones inalcanzables, estereotipos y falsas expectativas.
En cuanto al reparto se refiere, no podemos olvidarnos de hacer una mención especial a Enric Auquer y su sensibilidad, humanidad y profesionalidad a la hora de encarnar a Gari, un joven con discapacidad intelectual. Además, viendo los episodios puedes darte cuenta de que tiene un casting de diez, totalmente creíble y que los personajes secundarios están igual de cuidados que los principales.
Vida Perfecta es de esas series que se dirigen a un público inteligente, al que hace pensar y sentirse identificado con alguno de sus personajes, independientemente su de edad, sexo o estatus social. Curiosamente el guion tiene puntos en común con otras de la misma casa (Vergüenza o Mira lo que has hecho): el embarazo, la frustración por no alcanzar el éxito, la relación entre padres e hijos, etc. Sin embargo, en comparación a las series citadas, Vida Perfecta da un paso más allá y, sin perder la ironía, el dinamismo y la frescura, se atreve a ahondar en estos escenarios, reflexionando sobre vidas aparentemente perfectas que esconden muchas imperfecciones y que, justamente eso, es lo que las hace ser perfectas.
Por Edu Navas Rubio