Quizás la conversación que aquí os presento es una de las más personales que he hecho hasta el momento. Una vez os hablé de una lista imaginaria con mis «entrevistas pendientes» y esta es una de ellas. El primer contacto que tuve con ella fue en Bilbao. En la presentación de la serie «Presunto Culpable». Allí pude hablar con ella de manera breve (ya sabéis como son las jornadas de promoción) pero algo me hizo ver que no me equivocaba cuando decía que era alguien especial.
Elvira Mínguez es de esas personas que mira a los ojos cuando habla. Es de esas personas en las que el único filtro que existe es el de la experiencia. El otro día pude sentarme tranquilamente frente a ella para hablar mirándola a los ojos y os confieso que me olvidé de que allí había una cámara. Simplemente me permití el lujo de poder conversar sin prisas y sin guiones… porque al final, esto es lo más maravilloso de esta profesión. HABLAR Y ESCUCHAR.
Cuando le pregunté por el mejor regalo que le ha dado la profesión, una profesión en la que lleva ya unos 30 años caminando, me contestó que el mejor regalo era haber tenido la oportunidad de poder estudiar y conocer muchos mundos a través de sus personajes.
Después de hablar con ella entiendo porque le gusta interpretar mujeres que se salen de los patrones establecidos, mujeres que se inventan su propio guión, mujeres que quizás no hacen lo que todo el mundo cree que deben hacer, mujeres que transmiten verdad… y es que en el fondo Elvira es así. Ella narra estas mujeres pero por otro lado estoy segura de que esas mujeres narran muchas cosas de su propia persona.
Ella decidió guardar una frase en esta conversación, una de sus frases de cabecera, algo que se repite constantemente y que no quiere olvidar. Una frase que todos quizás deberíamos recordarnos en más de una ocasión.
Querida Elvira, gracias. Gracias por romperme los esquemas y regalarme esta conversación. Gracias por tu generosidad y por aceptar sentarte conmigo para hablar. Ojalá nunca pierdas el interés por este mundo de locos porque esto significará que aún podemos disfrutar de ti.
Marta Juanola
