Entrevista realizada por Eduardo Navas (@edunavasrubio)
María Isabel Díaz es de esas actrices que merece especialmente la pena conocer detrás de cámara. Una mujer transparente, sincera y muy emocional, que vive la vida con intensidad y emana (incluso a través de una videollamada con problemas técnicos) una energía muy fuerte. Hoy nos recibe desde su cajita para intercambiar ideas y opiniones sobre el aislamiento y la guerra entre la humanidad y el coronavirus. Además, repasamos sus últimos proyectos, El último show y Patria. Respecto a la producción aragonesa creada por Álex Rodrigo, nos cuenta cómo el proyecto respira amor y complicidad. En relación a Patria, nos habla de su personaje, Celeste, y cree que la serie va a desgarrar a los dos bandos de la Guerra Civil española. En este momento de encierro, ¿habrá tenido un Déjà vu de su época encarcelada en Vis A Vis? ¿O un flashback guerrillero de Patria? Desde luego, al revés que Marianico, no nos quedamos cortos en esta entrevista donde hay tiempo para hablar del lenguaje inclusivo, de política o del sobrepeso.
En cuanto al confinamiento, Díaz es rotunda y argumenta: <<la gente se queja de no poder salir a la calle; nos pasamos la vida entera diciendo “no tengo tiempo para estar en mi casa, para pensar en lo que quiero hacer, para organizar mi vida, para escribir o limpiar una estantería que no he limpiado desde hace años”; el ser humano es, en esencia, inconforme>>. Cuando hablamos de la inclusión en el lenguaje, la actriz defiende que lo inclusivo no se puede restringir a un solo ámbito. También reflexionamos acerca de las enseñanzas que aprenderemos de esta situación y de cómo el ser humano está actuando en estos momentos, ahondando en el tema de la colaboración ciudadana. “Tendemos a ser una tribu y España es un país muy solidario”, apunta Díaz y añade: “espero y deseo que esto nos enseñe cosas; tenemos que ser conscientes de que no existimos sin el de al lado, sin un médico que se arriesgue o una persona que limpia”.
Durante la conversación aparece el tema de la cultura en España y de cómo las plataformas audiovisuales explotan los derechos de imagen de los artistas, no siendo correspondidos muchas veces económicamente en relación a la exposición que esto conlleva. A pesar de ello, la intérprete apela a la compensación emocional que le propicia el público. María Isabel confía en que el equipo de gobierno actual tome medidas sobre su sector laboral y hace una crítica a la oposición: “lo que están haciendo es, cuanto menos, inhumano; me resulta muy triste ver a la oposición hacer campaña con todo esto”. Nos comenta que ve la televisión, se informa y que trata de racionalizar el miedo: “soy más racional que miedosa; me da mucha tristeza ver lo que le está tocando vivir a la humanidad y pensar en cómo será el futuro”.
Asimismo tratamos el tema de cómo su acento cubano y su, ya extinguida, obesidad, han condicionado sus casting. Se sincera y nos cuenta que hace años no pudo participar en una película donde violaban al personaje al cual iba a interpretar debido a su forma física en la vida real. Nos confiesa que el director de aquella película no veía claro que abusaran de una persona con sobrepeso. Aún así, la humildad y compresión de María Isabel Díaz desconoce límites cuando nos dice que, a pesar de pasarlo mal durante esta situación, no le tiene rencor a esa persona: “yo nunca voy a hacer que alguien pinte en su película lo que no quiere ver”. Y a día de hoy ofrece, orgullosa, su cuerpo “arrugado, caído y flácido” para aquellos creadores que lo necesiten para contar una historia.
María, gracias por ser así. Gracias por desnudarte delante de todos nosotros y mostrarte tal y como eres. Sabes que siempre tendrás un trocito de “caja de música” (y también un pedazo de corazón de este que escribe, al que le encanta escucharte y abrazarte).
