Hoy quiero contaros una historia. Una historia de alguien que era muy pequeñito pero la luz que desprendía era capaz de iluminar la propia noche. Ese alguien tarareaba canciones , palabras inconexas , jugueteaba con sus dedos ritmo que sólo ella entendía y que algún día soñaba con ser escuchada . Una niña que cada «no» que recibía se convertía en el cimiento incontestable de su futuro y en una razón más para seguir adelante. Esa niña , escalaba montañas allí en el norte buscando una estrella donde dirigir su luz.
La niña fue creciendo y con ella su fuerza , su melena dorada por los rayos del sol que escribían entre renglones torcidos las estrofas de unas cicatrices del alma, que en algún momento tendrían cura. Esa niña niña en silencio, sin apenas hacer ruido aprendió , conoció , escuchó y evolucionó. Pero a cada paso que daba , «ella» la lluvia le cerraba el paso intentado empujarla del camino , intentando conseguir que se rindiera , o simplemente que su voz rasgada enmudeciera para siempre.
Sólo su sonrisa la mantenía a flote . Sus ganas de vivir, de cantarle a la esperanza, de convertirse entre sus dedos en notas musicales y que cada latido de su alma se convirtiera en la mejor estrofa. Ella «no» quiso rendirse. Cierto día, mientras se escondía, o la escondían en las sombras de aquellos que daban más luz que ella, lloró. Se quedó por primera vez en silencio , buscando su voz, sus canciones, sus emociones, sus sueños cumplidos y por cumplir y no escuchó nada.
Sin embargo, por la espalda alguien la abrazó. Era un abrazo conocido, lleno de esperanza. Era «Ella» la que transforma el sonido del silencio , la que reedita los sueños, la que vuelve del otro lado de su ausencia, la que le traía «aquella guitarra vieja que perdió» … le tomó la mano y dijo … Miriam , ¿lo oyes?. La niña se quedó en silencio y escuchó. Eran miles de voces que cantaban desde lo más profundo de su dolor y de su esperanza las canciones que el viento les había llevado de aquella niña, que se convirtió en el mas majestuoso de «todos los animales escénicos». La música, le susurró : «Tu eres vida, eres sonido, eres alma, eres verdad, eres cicatriz y cura , nostalgia y alegría, eres lágrima y sonrisa … eres locura y verdad».
Desde aquel momento , la niña abrió para siempre las puertas de la oscuridad y llegó a ese escenario de todos y todas sonreían y buscaban por un rato y gracias a su música un poquito más felices. Querida amiga Miriam no olvides quien eres y qué representas , no olvides tu fuerza y tu sonrisa , deja brillar tu luz más afuera de los limites de tu imaginación y recibe el abrazo de todos aquellos y aquellas que necesitan ser curados de sus propias cicatrices gracias a tu música.
Gracias Miriam por darle luz y esperanza a Valencia, gracias por subirte a un escenario y apostar por la generosidad infinita de llevarte hasta los límites, gracias por dejarte llevar por cada abrazo de tu público y prometerles recordar siempre y para siempre. Gracias amiga Miriam por regalarnos un poco de tu libertad y tu locura , por que desde ya tu grito será siempre el nuestro escondido entre los acordes de tu guitarra.
Y la música , esa niña, la de los grandes ojos marrones , siguió escondida entre las sombras de tu escenario, en silencio lloraba de alegría , por que ahora su voz era la tuya y su valentía el alma de tu talento.
Nos vemos pronto , ya sabes … siempre dentro de una «caja de música». Parabens .
Os dejamos a continuación el enlace completo a todas las fotos del concierto .
