Me gusta la gente con las cosas claras. Admiro a la gente que crea historias y que logra que sus personajes vayan mas allá de las pantallas, más allá de lenguajes narrativos, guiños cinematográficos o los minutos con los que pueda trabajar.
Respeto y mucho, a la gente que es talento y que sabe reconocer el talento. Ese tipo de creadores que te conoce tus límites, cicatrices y frontera y te lleva hasta al otro extremo y tu sepas disfrutar como nadie, que te permitan soñar como loco la hipótesis perfecta que te lleve a algún lugar ideal para ti a través de esa historia que disfrutas.
Luimelia y todo su universo son vida. Son la vida que a través de las manos, de sus altos y de sus bajos, de sus buenos y malos momentos, de su corazón y mente creativa han dado forma Diana y Borja, Borja y Diana, para conseguir hacer familia entorno una serie que ya ha cambiado la forma de ver, de sentir y de disfrutar.
Me senté con ellos a solas, ya conocéis la mente casi maquiavélica y elucubradora que tengo, a conversar, a escuchar, a saber, a preguntar y para saciar más que mi mente periodística, mi corazón de espectador.
Os estreno la primera parte de la conversación donde hablamos de la recta ¿final? de este #Luimelia4 y sobre la realidad o no de la continuidad de una serie que ya por méritos propios tiene su hueco en nuestro recuerdo presente y espero también en nuestro recuerdo futuro.
Me gusta saber del proceso creativo, del silencio, de quien es mas Amelia o Luisita, pero sobre todo que necesita la «serie» para ser feliz, con «llamada pendiente o no» pero qué se necesita. Ahora mismo disfrutamos de una cuarta temporada brillantemente narrada, dirigida, construida e interpretada que nos conducirá hacia «arriba» para disfrutar.
Abrazar esos 3 capítulos que aún quedan, y mirar hacía atrás y disfrutar. La serie estaba prevista que sólo durara hasta la temporada 4, simplemente será cuestión de esperar y disfrutar.
A Borja y Diana, Diana y Borja. Darles las gracias, que esperamos que os guste esta primera entrega de nuestra conversación , pero sobre todo que «sigan fantaseando y contando historias» por que gracias a ellas todos somos un poquito, quizás mas felices, quizás mas libres.