EL DOLOR DE DESPEDIRSE , «LA DESPEDIDA» DE CAMI

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David Fraile
David Fraile
Fundador y director de lacajadmusicatv.com - Periodista , historiador del arte y devorador de libros. Coleccionista del universo Pixar.

Existen canciones que te golpean en el momento más inesperado, canciones que rasgan tu silencio en dos partes para sangrar una herida que parecía cicatrizada. A penas unas notas , un susurro melódico que duele , que perdona pero no olvida. Hay días que en tu alma se siente frágil y siente la necesidad de despedirse de la estrella que asía tu mano cada noche, suspiraba tus sueños y sorprendía cada mañana. Hay canciones que te sumergen en un agua profunda de realidad conocida, hay canciones que te recuerdan que la vida ya no es igual , que la vida vuelve al fotograma de una noche de invierno donde todo cambia.

Hay voces como las de Cami que nacen desde lo más profundo del dolor , de las cadenas impuestas, de las cuerdas que vuelven al lugar de tu heridas, en su lugar conocido. hay «despedidas» como las de Cami necesarias para gritar cuando nadie te escucha, vitales para llorar sin lágrimas cuando la vida, tu vida se te escapa entre las yemas de los dedos. Y volví a pelearme con el tiempo y regresé a la búsqueda de colores opacos, a verder hierbas de ángeles caídos, a esperas que no tenían fin.

Cami nos presenta una despedida, una búsqueda entre los recuerdos que se rompen, la posibilidad de volver a antes de ayer y buscar entre sábanas vacías nuestra sombra, los silencios que se escapan y no han de volver. Dolor en mi bemol menor , despedidas de reojo, dibujada la ausencia en canción , en negro de pantalla del olvido y un abismo e un abrazo que marchó para no volver.

Gracias Cami por que regresé con el alma partida entre sus manos , y la busqué entre los ojos asustados de saber que se marchaba sin saber por qué. El dolor de despedirnos para quizás volver a amar. Canciones como la tuya Cami hace que arranque mi silencio con la lluvia, mi dolor, mi ausencia con la luna a gritos le canté … y volví a pelearme con el tiempo para quizás despedirme una vez más.

Y el sonido del piano se apaga en la memoria , el otro lado de la ausencia que llega sin saberlo, que se instala y mata. Dolor en mi bemol menor y vida en acorde perfecto mayor. No se si habrá Latin Gramy , amiga Cami, pero a mi hoy me devolviste la sonrisa triste de alguien que de nuevo empieza  a garabatear música.

 

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