Una mañana fría en el barrio de Hortaleza en Madrid, suena en una vieja radio «El emigrante» de Juanito Valderrama, una abuela entrañable canta desde el corazón esas letras y melodías tan complicadas mientras cocina y va repitiendo incansablemente a su pequeña nieta «Tu tienes que cumplir mi sueño».
Mientras, en la calle, sus padres trabajan duro para formar equipo y poder pagar contando peseta a peseta la formación de su pequeña. Ella tiene muy claro que algún día podrá devolverles todo lo que ell@s, con esfuerzo y sacrificio le están brindando.
Tres autobuses la separan de su barrio hasta llegar a Arturo Soria, donde comienza a formarse en una de las mejores escuelas. Esa niña se esfuerza en ser su mejor versión, a pesar de las mofas por no llevar ropa de marca o no encajar en un canon donde predominaba el clasismo. Nada puede frenarla y esto da resultados, comienzan a llegar las becas y las posibilidades mientras en su cuarto, lleno de posters de Alejandro Sanz, sigue soñando con que algún día ella cumplirá el sueño de su abuela.
La gran oportunidad de Beatriz Luengo no llega de la nada, antes de Un Paso Adelante su mochila ya llevaba muchos años de aprendizaje, alegrías, penas, desilusiones y esfuerzo, mucho esfuerzo.
Su primer grupo musical «Tatu», «El circo de Rita y Miliki» y musicales como «La Magia de Broadway» «Annie», «Jekyll y hyde, hasta que la risa les separe», Peter pan, el regreso al país de nunca jamás y «Hermanos de sangre».
Bea pone pasión en todo lo que hace, no le importa que en el patio de butacas hayan venido a verles cien o veinte personas, y en una de esas funciones en las que habían menos de veinte personas alguien valoró su talento y le propuso un casting…
De tod@s es sabido lo que pasó después, Un paso Adelante aceleró todo lo que era seguro que estaba por suceder, se cumplieron algunos sueños en la vida de la niña que soñaba en su habitación, pero no todos.
Hubiese sido fácil quedarse en la zona de confort, en su país, con su familia y haciendo algo que ya sabia que podía hacer y además tenia una grandísima repercusión, pero la vida para los valientes no es eso.
Bea empieza desde cero, se marcha a Francia con el contraste que puede suponer estar llenando un estadio Santiago Bernabeu y a los meses cantar para veinte personas en un bar de Paris mientras hace el beat con los pies.
Pero antes de marcharse y lejos de invertir sus ahorros en ropa cara o una casa mejor monta su escuela de artes escénicas en ese barrio del que os hablaba al principio, Hortaleza, su barrio. Un sueño que cumple por dar oportunidad a tod@s esos niños, que, como ella, se quisieron formar y para poder dar un negocio que regentar a su madre.
El camino ha sido progresivo, de aprendizaje pero también de muchas victorias por el simple hecho de no fallarse a si misma y conservar su esencia: Mi generación, Carrousel, Bela y sus moskitas muertas, Cuerpo y alma…
Los sueños se han seguido cumpliendo, trabajar con Disney, componer con y para los mejores artistas a nivel mundial, de los cuales hoy no quiero escribir nombres porque hoy, la protagonista es ella.
En 2019 se lanza «El despertar de las musas» un libro con el que Bea quiere luchar y dar visibilidad a todas aquellas historias de mujeres que hicieron grandes cosas por la humanidad y quedaron en la sombra, sin saber que hoy, en 2021, se seguirían cometiendo este tipo de injusticias.
Beatriz Luengo acaba de ganar dos Grammys Latinos por ser compositora junto a sus compañeros (Yotuel Romero, Descemer Bueno, el dúo Gente de Zona y el rapero El Funky, Maykel «Osorbo» Castillo) pero muchos medios han decidido omitir esta información. Mágicamente se han olvidado de incluir a una mujer compositora que lleva toda la vida luchando por hacer de su sueño una realidad.
Una mujer que en sus comienzos tuvo que firmar sus letras con el nombre de su marido ya que comprobaron que cuando Yotuel las mandaba se convertían en proyectos mientras que viniendo de una mujer directamente no se tenían en cuenta.
Una mujer que ha recibido amenazas a ella, a su familia y a sus propios hij@s simplemente por el derecho de ejercer su propia libertad de expresión.
Y esto no está pasando en el resto del mundo, está pasando en SU PAIS, aquí, en España. Donde mientras Beatriz Luengo está en televisión haciendo «Tu cara me suena» la prensa se vuelca en querer tener entrevistas y fotografías de ella, pero cuando la misma Beatriz Luengo gana dos Grammys Latinos (uno de los premios mas importantes a nivel mundial) dan gracias únicamente a C.Tangana por haberse traído galardones a España.
Y esto no es un descuido, porque yo si empatizo e imagino la cara de la familia de Bea al comprar un periódico aquí, en su barrio, en Hortaleza (Madrid) en el que el nombre de su hija no está.
Solo los que vivimos fuera de nuestra ciudad de origen sabemos lo que pasamos estando lejos de los nuestros y esto no es solo un despiste, esto es algo que no debería de existir, porque por poco que se documentasen sabrían que Beatriz Luengo ya ha sido nominada a los Grammys Latinos en años anteriores por sus trabajos y ha ganado uno de ellos por el trabajo de uno de esos grandes artistas que confía plenamente en su talento para escribir canciones.
Hoy y una vez más te felicito Bea, por ser la referente de una generación. Much@s de nosotr@s ya teníamos alas, pero tu nos ayudaste a lanzarnos y emprender el vuelo. España te sigue debiendo mucho porqué tu le has dado ya demasiado a tu país y ojala toda esa gente que estos días te ha «olvidado» sepa que lo que tu estas consiguiendo va mucho más allá de una bandera, va de corazón, ese mismo que conserva la niña que aun habita en ti mientras sigue escuchando a su abuela.
Hoy la vieja radio cambia de emisora y en lugar de seguir sonando a Juanito Valderrama, suena a ti Bea, a esos «Ojos de mandela» que suenan a sueños hechos realidad.
Has cumplido el sueño de tu abuela, has hecho lo que siempre quiso hacer y ha podido vivir a través de los ojos de su pequeña una vida llena de luz. Pero además, por el camino, has cumplido el sueño de much@s de nosotr@s y hoy, amiga, vuelvo a creer en el karma, porque la vida te va a seguir poniendo siempre en el lugar que te mereces.
Te quiere, Sara.
(Una persona más a la que le cambiaste la vida)