Fuerza, pasión, energía y potencia. Eso fue todo lo que no tuvo el paso de Mabel por la capital de España. Anoche, la Joy Eslava de Madrid se dejó la piel y la garganta con Mabel pero desafortunadamente, no se sintió reciproco. Era la primera vez que la artista pasaba por la capital para dar un concierto suyo, después de haber actuado el pasado mes de noviembre en la gala de los premios 40 principales pero siendo sinceros, no parecía tener muchas ganas de pisar el escenario.
Un total de cincuenta minutos de show, de la casi hora y media que suele ser y con seis canciones menos formando parte del setlist. Más que un momento de entretenimiento, parecía una carrera para lograr el récord de acabar un concierto en el menor tiempo posible y salir corriendo.
Todo el que conoce un poco a Mabel sabe que sus conciertos son bastante íntimos y no destacan precisamente por su gran producción lumínica o de decorados, que en este caso consistió en la colocación de diez barras luminosas. Esto es algo que, curiosamente contrasta mucho con sus actuaciones en las galas de premios a los que suele acudir. El pasado lunes sin ir más lejos, brilló sobre el escenario de los Brits 2020, donde recibió el premio a mejor artista británica y presentó su canción estrella Don’t call me up, con una colorida puesta en escena con más de treinta bailarines y una actitud apabullante por su parte.
Si algo es innegable es que Mabel McVey tiene una carrera brillante a sus espaldas, repleta de números uno. Su primer disco salió al mercado en agosto de 2019 después de haberse dado a conocer con temas como Finders Keepers en 2017 o su primer single de la era High Expectations: Don’t call me up.
Ya son doce las ciudades por las que ha pasado con su gira actual y como en cada uno de estos shows, en Madrid la acompañaron dos de sus bailarinas de confianza, Olivia Beckford y Megan Brown, quienes le robaron el protagonismo en más de una ocasión haciendo que el escenario rezumara energía frente a una Mabel que apenas se movía aunque hay que reconocer que, de voz estuvo impecable.
Mané Mané fue la marca española encargada de darle vida al estilismo de la artista. Unos vaqueros negros y un corset morado y rosa fueron suficientes para apoyar el talento de nuestra tierra y mostrar su gran originalidad y personalidad.
Los fans lograron que cuarenta y ocho horas antes de pisar nuestro país, se colgaran los carteles de “sold out” tanto en la fecha de Madrid como en la de Barcelona y la Joy Eslava estaba que no cabía ni un alfiler en ella. El publico bailó, saltó, gritó e incluso le dedicaron un sonoro Happy Birthday a la artista, ya que el día anterior había sido su cumpleaños. Las ganas de fiesta se respiraban en el ambiente pero al salir, las caras eran más bien de decepción. Sin duda Madrid se quedó con ganas de más.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando decidió subir al escenario a una de las chicas que se encontraban entre el público y darle la oportunidad de cantar para ella. La joven, entre la emoción y los nervios logró dejar a la propia Mabel sin palabras entonando una parte de Finders Keepers y Don’t call me up.
Si tenéis curiosidad por saber quién es, podéis entrar en su perfil de instagram (@helenss_music) y maravillaros un poco con ella. Antes de nada, algo que tenéis que saber es que está dispuesta a luchar por sus sueños y ha decidido intentar subirse al escenario con sus artistas favoritos. La primera vez que reunió el valor suficiente fue en el concierto de Lewis Capaldi en Madrid llevando un cartel en el que le pedía cantar con él y sin duda surtió efecto. Lewis la invitó a subir igual que Mabel lo hizo anoche.
Y es que, a la londinense le gusta darle oportunidades a nuevos talentos igual que se las dieron a ella en su día compartiendo escenario con Harry Styles durante su gira Live on tour.
En este caso, Kali Claire ha sido la elegida para abrir sus conciertos en calidad de telonera. ¡Menuda voz y menudo talento demostró!. Estamos seguros de que la veremos pronto en su propio escenario y con sus propias canciones, nosotros no nos olvidaremos de ella.
Y recuperando un poco el cuerpo del espectáculo, fueron catorce canciones las que formaron parte del show. Mad love fue la canción con la que comenzó, seguida de Bad Behaviour y Finders Keeper, tres de sus mayores éxitos. Hubo tiempo para baladas como We don’t say o Thinking of You, pero echamos mucho de menos temas como Trouble o Stckhlm Syndrome, carencia que no logró compensar aunque nos conformaremos con las que sí quedaron dentro en sus planes. Fine Line, Selfish Love, y Put your Name on it son tres de sus temas más sonados y de los cuales sí que nos permitió disfrutar, algo es algo
Y llega el turno de uno de los temas que más nos remueven el cuerpo por dentro: Ok (Anxiety Anthem). Acompañada solamente de un pie de micro luminoso, Mabel explico que está canción es una de sus favoritas por la importancia que tiene tratar un tema como la ansiedad. Sin duda uno de los problemas de nuestra sociedad y que no se trata con la importancia que se debería. En esta ocasión sí nos puso a todos la piel de gallina.
El concierto finalizó con tres temas que deberían haber puesto los ánimos por todo lo alto, God is a Dancer, Ring Ring y como no, Don’t Call Me Up, pero realmente la cosa se quedó bastante pobre. Se sentían más las ganas que tenía ella de salir corriendo del escenario que las que tenía de sentir la energía de los asistentes.
Es una pena que haya malgastado tanto lo que ha sido su presentación ante el público de este país pero realmente esperamos que vuelva y nos deje con ganas de más pero por la gran calidad, no por la falta de ella como lo ha sido en esta ocasión.
Mabel, te esperaremos aquí.
