Sin duda alguna ha sido una de las películas más taquilleras de nuestro cine durante las navidades (y eso que la competencia era muy dura) que se mantiene con gran pulso en muchas de las salas de nuestro país con dos conceptos muy claros: entretenimiento y realidad.
Sin duda alguna podíamos hablar de las similitudes o llamarla «remake»(de un casi homónimo film francés de 2015) pero nos vamos a quedar con los aspectos originales y positivos que tiene esta historia que son muchos. El primero de todos es la mejora y el afinamiento del guion de esta historia dirigida bajo la batuta de Dani de la Orden que a parte de ser casi siempre sinónimo de éxito es también marchamo de identidad propia y sello propio fácilmente reconocible.
Uno de los aspectos más importantes que tiene esta película es la conexión que ha logrado tener con el público de una manera muy orgánica y natural y la transmisión «boca a boca» que ha tenido la propia película, sin necesidad de alardes publicitarios y con mucho ingenio el buen sabor de esta historia se ha ido transmitiéndose de manera vertiginosa convirtiéndola en muchos casos como líder indiscutible durante muchas semanas.
La historia es directa, divertida, ligera y amable con un toque y poso amargo de la aparente «deconstrucción» del cuento de hadas tan típico en las fiestas invernales. Dani de la Orden ha conseguido crear una familia delante y detrás de la pantalla y eso sin duda lo ha conseguido transmitir.
Paco y Miren, Miren y Paco han sido un espejo fácilmente reconocible e identificable, su química casi orgánica y visceral transmite una credibilidad muy divertida para el espectador que hacen que reconozcamos en ellos facetas muy destacables. La comicidad amarga que muchas veces transmite Paco en esa energía que deja en sus personajes es de lo más bonito que se puede uno encontrar en cualquier proyecto. Paco es credibilidad, tiene esa capacidad tan bonita de llevarte a la espalda de cada uno de sus personajes y hacerte sentir sus emociones en cada momento.
Y Mamá Ibarguren es una auténtica delicia verla disfrutar y dejar que te haga disfrutar con su interpretación. Un personaje contenido y a la vez libre, la caída del mito de una madre que un momento decide ser egoísta y que se transforma durante la montaña rusas de sucesos que no paran dentro de la propia historia. Es increíble la capacidad de Miren Ibarguren de transmitir al mirar, de manejar esos silencios cómicos de esas situaciones que pueden llegar a doler y que sin embargo te dibujen una sonrisa.
El resto de los personajes que les arropan engrandecen aún más la historia y hacen todavía más brillante el ritmo. Por destacar tres nombres, el primero sería el de Miquel Fernández que digamos es ese espejo contrapuesto al personaje de Paco León, Miquel es siempre sinónimo de calidad y brillantez. Sofía Oria, la hija mayor, todo un descubrimiento que ejerce de «punto de cordura» y nexo entre los dos padres. Y Berto Romero en su versión más «resplandor» (ver la película y sabréis a lo que me refiero) que nos hace disfrutar de momento muy brillantes.
Una película tremendamente recomendable que seguro en el momento entre en el catálogo de cualquiera de las plataformas se convertirá de nuevo en líder indiscutible.
VALORACIÓN LCDMTV : 8/10
Lo mejor: El ritmo y la sencillez exquisita de la película (dirección brillante), y quedarnos con una escena sería el momento a lo «Pulp Fiction» en el baile de Paco y Miren.
Lo peor: La música se me antoja, la banda sonora se me antoja ir un paso por detrás regalándonos momentos quizás excesivamente «azucarados».