Escribo estas lineas escuchando como banda sonora de mi silencio el vuelo sin motor de las notas musicales del nuevo single de Vanesa Martín. La genial artista consigue nuevamente llevarnos un paso más en su sonido, en su sensibilidad de terciopelo y un vuelo de sonrisa eterna a través de un nuevo single, de ritmo positivo, de alma libre, y de volver a empezar.
Gracias por Vanesa por dibujar luz con tu música, ya desde hace muchos años formas parte del sonido de esta «cajadmusica», ese sonido que se busca, se conoce y se reinventa. Sin duda Vanesa Martín es esencia, una seña de identidad que marca sin espacios el talento de un alma que a través de sus letras crea un mantra de protección para la propia alma.
Con esos mimbres la genial artista andaluza apuesta por un single de presentación que posee una producción redonda, simple y rotunda, donde el ritmo marcado de la batería le dibuja una cadencia rítmica siempre «in crescendo» que lo convierte en una gran apuesta comercial, optimista para el otoño que se antoja en muchos aspectos tan complicado.
El legado musical de Vanesa Martín es un legado de libertad, un grito de futuro, una sonrisa de presente y una palmada de pasado, construye sobre emociones que fueron, son y serán indispensables para todos y cada uno de nosotros, ella esconde en cada golpe de batería, en cada nota de un bajo, los recuerdos de las notas musicales de su guitarra que nos vuelven a desnudar de nuevo en «la road movie» de nuestra vida.
«Aprender que hay que vivir aunque sea lejos de aquí«, su «… y vuelo» es real, vuelo de optimismo, de empezar de cero para despegar. Momentos para soñar para tener el «corazón despegado del suelo«, para creer que lo imposible quizás sólo tarda un poquito más de lo que pensamos.
Videoclip, por cierto, de la mano de Rebeca Calle y Juli Carné que dibujan con absoluta delicadeza, textura y franqueza el alma de la voz de Vanesa, aquella que quiere tomar aire para volar, volar su dolor, volar su alegría, navegar entre sus silencios y entre las sonrisas que se escapan de su protagonista y de tod@ nosotr@s.
“Cuánta carretera loca distraída desordenando mis notas
los viajes alimentan el recuerdo que me vuelve a desvestir
aprendí que quien se queda no es que sea mejor
es que tiene un momento por vivir
hay momentos infrenables que te atrapan
y se quedan porque sí…”
o como hablar del viaje de la VIDA al estilo Vanesa Martín.
… y VUELO… dice Vanesa Martín, en este adelanto del que será su próximo disco. Cada vez que le doy al play descubro un nuevo mensaje y reconozco que la primera vez que la escuché me acordé al instante de “Caída Libre” y ese aire que Vanesa coge antes de lanzar otro dardo a la vida… porque después de una caída, a veces, llega un vuelo.
“Cuántas veces me he pedido jugar un rato más con la paciencia, que de todo lo vivido me quedara con lo que me hace crecer…” ¿Y quién no ha hecho esto alguna vez? Pero sobretodo que bonito es que se hablé de la importancia del crecer con lo vivido… con lo bueno y lo malo… pero siempre CRECER y empezar de nuevo… como viene haciendo Vanesa desde hace ya unos años…
Otro de los mensajes que me parecen interesantes es ese “y volver a volver”… porque esto nos ha pasado a tod@s también… Esa necesidad de volver a volver muchas veces… ese sentimiento difícil de explicar pero que ella una vez más lo canta a la perfección.
Pero quizás la clave de esta nueva canción sea… “Yo me he visto de puntillas por mi vida…”, y así nazca este nuevo viaje y las ganas de volar. Porque quizás el viaje más importante, el salto, el vuelo más necesario es ese que al fin nos permite pisar fuerte en nuestra propia vida. Sin miedos. Sin filtros. Sin prejuicios. Sin vergüenzas… y aprender así a vivir lejos de todo eso… lejos de ese lugar que muchas veces nos hace retroceder, nos impide saltar y sobretodo nos corta las alas para VOLAR.
Sin duda “…y vuelo” es un grito al empezar de nuevo. Es un canto a la vida. Un mensaje reparador y una necesidad de coger aire para soltar música. El vuelo de Vanesa Martín hace tiempo que empezó pero es posible que últimamente le haya perdido el miedo a saltar sin pensar en lo que pasará mañana… porque a veces tan solo hace falta coger AIRE… Y VOLAR… eso si sin olvidarnos de ese corazón despegado del suelo.