El pasado martes, el teatro Barceló recibía de la mano de los 40 principales a un artista con mas de 10 años de trayectoria y éxitos a sus espaldas, y es que Ramón Melendi tenía preparada una noche de música y letra para todos los allí presentes que no dejaría indiferente a nadie.
La noche comenzó con una entrevista en la que se le recordó al artista el primer número uno de su carrera “hablando en plata” allá por 2004, momento en el que sus fans emocionados aplaudieron al artista y es que desde entonces solo ha cosechado grandes éxitos.
Con “Tocado y Hundido” empezó un show de aproximadamente hora y media en el que hubo tiempo para cantar, bailar saltar y reflexionar sobre temas como el amor o el feminismo.
Y una noche entre amigos solo puede seguir su curso con confesiones que te dejan la piel de gallina, y así contó la emocional historia con su amigo Pablo, el cantante recordó la noche con un par de copas de más con su amigo que acabó en “La Promesa”. Y así quiso dedicarle la canción más romántica de su carrera.
Otros temas conocidos como “Tu Jardin Con Enanitos”, “Cheque al Portamor” o “El arrepentido” fueron coreados por todos los allí presentes igual que varios de su nuevo trabajo “Ahora”.
No pudo faltar el exitazo del año “Déjala que baile” en la que el artista aprovechó para presentarlo como un canto al feminismo de una forma muy personal. Y es que la letra de la canción, es un llamamiento a la libertad de la mujer, un llamamiento a que el futuro que le espera a sus hijas y al resto de mujeres del mundo sea menos machista que el que vivimos hoy día.
Y así fue pasando una noche de las que te dejan el corazón con ganas de más y llena de emociones, cuando hay música desde el alma se nota, y el asturiano se encargó de algo más que salir a cantar, dejó claro que sigue estando aquí, con más ganas que nunca y con un futuro maravilloso en la música siempre rodeado de sus queridos fans.
El próximo 2 de noviembre le veremos de nuevo encima de un escenario 40 en los 40 Music Awards junto a más artistas, con las entradas ya agotadas y un cartel que aún no está cerrado.
Por Marta Sirodey
