Ayer, 16 de noviembre de 2024, el Palacio de Congresos de Granada se llenó de música, emoción y la inconfundible voz de Sergio Dalma, quien, con su gira “Sonríe porque estás en la foto”, ofreció un espectáculo que quedará grabado en la memoria de todos los asistentes. Desde el inicio, a las 21:00, hasta el cierre, pasadas las 23:00, el público vivió una noche mágica llena de recuerdos, nuevas canciones y el carisma inagotable del artista catalán.
Un inicio lleno de energía
Con la sala a oscuras, una introducción instrumental marcó el comienzo del show, generando expectativa. A continuación, Sergio apareció bajo los reflectores interpretando la canción que da nombre a la gira, Sonríe porque estás en la foto, un tema que invita a celebrar los momentos felices de la vida. La energía del público fue instantánea: aplausos, gritos y una oleada de emoción que continuó con Los de septiembre y Ven, dos temas que fueron el preámbulo perfecto para el saludo inicial de Sergio.
Con su característico estilo cercano y cálido, saludó a los asistentes con un “¡Buenas noches, Granada! Qué placer volver a encontrarme con vosotros. Esta noche es para sonreír, bailar y cantar juntos”.
Un viaje de emociones y recuerdos
La primera parte del concierto estuvo marcada por baladas íntimas y reflexivas, como He cerrado los ojos y Madrid-Buenos Aires, que hicieron que muchos se dejaran llevar cerrando los ojos, mientras las notas llenaban el palacio. Luego llegó Luciérnagas, una canción delicada que iluminó el escenario con pequeños destellos simulados, creando una atmósfera mágica.
Con Mi mejor momento, Sergio desató una oleada de alegría en la audiencia, que no pudo resistirse a bailar y aplaudir al ritmo de la música. Fue entonces cuando el artista tomó un momento para hablar con el público: “Gracias por compartir esta noche conmigo. Cada canción tiene una historia, y quiero que esta sea también la vuestra”.
Explosión de ritmos y un toque de nostalgia
La segunda parte del concierto subió la temperatura con temas como La aceleración y Gigantes, donde la banda de Sergio brilló con interpretaciones llenas de fuerza. Las canciones Suerte y No despertaré fueron recibidas con entusiasmo, mientras Sergio se movía con soltura por el escenario, interactuando con los músicos y provocando ovaciones.
Antes de continuar, presentó a su equipo: “Nada de esto sería posible sin este grupo de talentosos músicos y técnicos. Ellos son los verdaderos héroes detrás de las luces”. Acto seguido, sonó Donna, un homenaje a los grandes clásicos, seguido de La noche de San Juan y El diablo dentro, que hicieron que la audiencia se levantara de sus asientos.
El corazón en Italia
“Ahora quiero llevaros a un lugar que siempre he llevado en el corazón: Italia”, dijo Sergio antes de interpretar un set especial dedicado a su conexión con la música italiana. Bella sin alma y El italiano desataron la nostalgia y el aplauso espontáneo del público, que no dejó de corear. Con un medley que incluyó Será porque… y Mamma Ma, el teatro vibró al ritmo de las canciones más queridas. Cerró esta sección con dos clásicos: Yo no te pido la luna y un emotivo popurrí de Tú y Gloria.
Un final apoteósico
El bis fue la culminación perfecta para una noche inolvidable. Sergio regresó al escenario entre vítores para interpretar Una estrella en mi jardín y Bailar pegados, donde el público literalmente se unió al coro, llenando la sala de voces. La emoción continuó con La vida empieza hoy, un tema que dejó un mensaje esperanzador, y cerró con la imprescindible Galilea, que arrancó gritos de alegría y aplausos interminables.
Conclusión
La entrega del público fue total, bailando y levantándose en la mayoría de las canciones. Sergio Dalma demostró, una vez más, por qué sigue siendo uno de los artistas más queridos del panorama musical. Su capacidad para conectar con la audiencia y llevarla de la mano por un viaje de emociones y ritmos es simplemente inigualable. Anoche, en el Palacio de Congresos, no solo se sonrió porque estábamos en la foto; se sonrió porque estábamos en un momento único.