Hace mucho tiempo que conozco a Vanesa Martín tanto en lo musical como en lo profesional, he disfrutado de muchos de sus directos y siempre me he quedado con la sensación de tener palabras pendientes para poder escribir o describir todo lo que ella genera.
Sus canciones, fiel reflejo de su evolución compositiva y emocional toman un vida complemente inusitada en sus directos, desnudas, directas al corazón de todos y cada uno de nosotr@s hacen que «Placeres y pecados» en directo sea una explosión emocional necesaria e indispensable.
Vanesa Martín abre de par en par las puertas de su casa, ese escenario en el que ha pintado sus paredes de emociones libres, de pecados que van mucho más allá de los placeres y de placeres que transcienden del universo de los sentidos. Sus canciones son sus atrapasueños nacidos en un momento de pura intimidad, ese juego inocente a través de los ojos de una niña, la música, que la necesita para ser feliz.
El tour de «Placeres y pecados» hizo escala en la calurosa noche alicantina para encender aún más el alma si cabe. Un show torbellino, un tren que hace escala en todos los grandes momentos de la carrera de Vanesa Martín, ese «tren de los momentos» de «sus momentos» como diría el gran Alejandro Sanz que desnuda el alma de una artista única, una poeta de la vida, una artesana de la emoción que se destruye y renace, esa artista que mira directamente a los ojos del dolor y le sonríe y abraza con el alma su sonrisa.
Vanesa en directo llega a convertirse en una necesidad, es una potenciación de los sentidos, un ingrediente de las emociones indispensable, un viento de recuerdo, un susurro de sonrisa rota, un alma que levanta del suelo las rodillas, un ejercicio de valiente mirada a los ojos de la vida, esa gran mezcla que arranca del alma un te quiero que se atrapa en el silencio, ese polvo de mariposas que es la dinamita para ser feliz.
Vanesa araña y araña profundo, se la descubre y te atrapa, ese placer entre acordes y letras, ese pecado de piano y guitarra que nace desde la intimidad mas suya y mas nuestra ese único lenguaje que transforma su silencio, el nuestro, en la mejor de las canciones que siempre y para siempre quedarán clavadas en nuestro recuerdo y nuestra memoria.
Alicante siempre ha formado parte del camino de baldosas amarillas de Vanesa Martín de cada disco y «Placeres y pecados» no podía ser menos con destino siempre a «nunca jamás». Amiga Vanesa te espero en Madrid.
A Vanesa le queda todavía un largo recorrido de conciertos que podéis encontrar las entradas en su página web.
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